Irán respondió al ataque de Israel con una andanada de misiles balísticos, provocando explosiones en Jerusalén y Tel Aviv y elevando la tensión en la región a niveles críticos. El gobierno israelí confirmó el ataque, alertando a la población a buscar refugio y reportando al menos siete heridos.
El Ministerio de Defensa israelí calificó la acción iraní como una «línea roja» por el ataque a objetivos civiles. Sirenas antiaéreas resonaron en todo el país, acompañadas por el estruendo de las explosiones y la aparición de columnas de humo sobre el horizonte de Tel Aviv.
La magnitud del ataque iraní y la respuesta israelí aún se están evaluando, pero el incidente incrementa significativamente las preocupaciones sobre una posible escalada del conflicto en la región.
