El centro de la ciudad de Mendoza perdió a uno de sus personajes más queridos: el pato Juan, un ave domesticada que se volvió entrañable tanto para vecinos como para turistas, fue retirado de la vía pública por orden de la Municipalidad tras una denuncia por presunto comportamiento agresivo.
El pato, que solía pasar sus días frente a una florería de la avenida San Martín junto a su dueña, Margarita Flores, fue desplazado a una zona rural en Maipú, donde vive actualmente. Margarita, además de florista, cumple funciones como serena en el local, y el ave la acompañaba tanto de día como de noche.
La denuncia, presentada por un vecino, alegaba que Juan habría tenido actitudes hostiles hacia algunas mascotas. Como respuesta, autoridades municipales solicitaron el retiro del animal del espacio público. La secretaria de Ambiente, Silvina López, argumentó que la medida busca garantizar el “uso adecuado del espacio público”, la tranquilidad de los vecinos y la tenencia responsable de mascotas, además del bienestar del pato.
La decisión generó una ola de reacciones de apoyo al pato Juan, incluyendo una campaña de firmas que ya reunió cerca de 7.000 adhesiones. Sus defensores argumentan que el ave jamás generó conflictos y que estaba perfectamente adaptado a la convivencia urbana.
Según Margarita, Juan no se ha adaptado a la vida en el corral: “Grita y corre todo el tiempo. Está acostumbrado a estar libre, a caminar, a salir con nosotros”. También destacó su rol como «alarma» nocturna frente a ruidos sospechosos o movimientos extraños en la calle.
La historia tomó un nuevo giro cuando el abogado penalista Oscar Alfredo Mellado asumió la representación legal del ave y presentó un recurso de revocatoria ante la Municipalidad para que Juan pueda regresar al centro de la ciudad.
