Alicia Del Mazo, enfermera y participante habitual de las marchas de jubilados que se realizan cada miércoles frente al Congreso, denunció haber sido víctima de represión policial durante la manifestación del pasado 30 de julio. El hecho quedó radicado en la Fiscalía Federal a cargo de Franco Picardi y será investigado a partir de material audiovisual oficial y aportes de testigos.
Según relató la mujer, efectivos de la Policía Federal le apuntaron con armas que disparan balas de goma, la golpearon y, en medio del operativo, una silla impactó en su cabeza, provocándole una herida que requirió sutura. También sufrió la fractura de su muñeca derecha al caer tras el golpe.
Del Mazo afirmó que el objeto habría sido arrojado por una persona infiltrada y responsabilizó por lo ocurrido a las autoridades políticas que, a su entender, ordenaron y ejecutaron la represión. “No creo que haya sido un manifestante, quiero saber quién fue”, expresó.
Tras la agresión, la enfermera debió dejar de trabajar, ya que su brazo dominante permanece inmovilizado. Indicó que espera ser sometida a una cirugía en la mano y que retomará tratamiento psicológico por el impacto emocional del hecho. “Estoy muy angustiada y preocupada por lo que pasa, por eso siempre acompaño las marchas. Ahora estoy limitada totalmente”, lamentó.
