Entre los muchos momentos que marcaron la carrera de Miguel Ángel Russo, hay uno que trascendió el fútbol y quedó grabado en la memoria de los hinchas: la emotiva conferencia de prensa que brindó en 2018, luego de superar el cáncer de próstata que se le había extendido a la vejiga.
En ese entonces, Russo dirigía a Millonarios de Colombia y, tras varios meses de tratamiento en Bogotá y Buenos Aires, decidió hablar públicamente sobre su recuperación. Lo hizo con la misma calma y humildad que siempre lo caracterizaron, agradeciendo uno por uno a los médicos y profesionales que lo acompañaron durante el proceso.
Conmovido, pronunció una frase que se transformó en símbolo de su vida y su legado:
“Todo se cura con amor”.
La sala estalló en un aplauso cerrado. El entrenador no solo hablaba como técnico campeón, sino como un hombre que había vencido una de las batallas más duras de su vida.
Aquel mensaje se volvió una enseñanza que traspasó los límites del deporte. Russo contaba que la mente, el cariño y el apoyo de quienes lo rodeaban fueron claves en su recuperación. “Los que te contienen tienen mucho que ver, además de la fuerza de voluntad de cada uno”, diría más tarde, reafirmando que el amor —en todas sus formas— fue su mejor medicina.
Hoy, tras su fallecimiento, esa conferencia vuelve a resonar como un recordatorio del coraje, la sensibilidad y la humanidad de un hombre que dejó huella dentro y fuera de la cancha.
