Con este número se iguala a la cantidad de muertes registradas en 2021.
Así lo informó en las últimas horas el Instituto de Conservación de Ballenas en sus redes sociales. Los 13 cuerpos aparecieron en la zona del Golfo Nuevo.
Desde el instituto indican que «con gran esfuerzo y dedicación el equipo del Programa de Monitoreo Sanitario de la Ballena Franca Austral, coordinado en el campo por la médica veterinaria Agustina Donnini, continúa realizando necropsias para enviar a analizar las muestras tomadas de cada uno de los animales».
En este sentido agregaron que «este programa es liderado por la Universidad de California, Davis y el Instituto de Conservación de Ballenas. Cuenta además con la colaboración de Ocean Alliance, la Universidad de Utah, Wildlife Conservation Society y Fundación Patagonia Natural. Su principal objetivo es estudiar cada ballena que muere en Península Valdés y alrededores para aprender sobre su salud, conocer las causas de mortalidad e identificar potenciales amenazas, tanto naturales como de origen humano».
Al momento no existe una prueba fehaciente de la causa de las muertes de este gran grupo de ballenas. Aunque la teoría principal continúa siendo la intoxicación por marea roja.
