En el último programa de Gran Hermano emitido el pasado domingo, los giros y sorpresas continuaron tras el escándalo entre Furia y Mauro. A pesar de la histórica sanción impuesta al reality para la jugadora, ambos participantes se encontraron frente a frente en la placa final de nominados. Sin embargo, la noche trajo una inesperada reconciliación entre ellos y la polémica pareció esfumarse.
Durante la emisión, se pudo ver cómo los jugadores, que anteriormente no se hablaban y estaban distanciados, comenzaron a acercarse nuevamente. En la madrugada del sábado, incluso compartieron la cama después de besarse en la fiesta de los viernes. Esta reconciliación sorprendió a todos, considerando las acusaciones de violencia y las palabras delicadas que se habían intercambiado.
Cuando Santiago del Moro anunció que Furia y Mauro quedaban en el frente a frente, después de que Emmanuel recibiera la noticia de que continuaba en la casa, los jugadores se retiraron a la habitación para tener un momento de intimidad y comenzar a despedirse.
Pocos minutos después, llegó la mala noticia para Mauro y la angustia se hizo presente. Furia se mostró desolada. «Quien se va de la casa es… ¡Mauro!», exclamó el conductor. En ese momento, ambos se abrazaron y compartieron un emotivo momento. «Te voy a extrañar un montón. Te amo», susurró Furia, mientras Mauro le expresaba palabras ininteligibles y se sumergía en la emoción del momento.
El público decidió que Mauro fuera el último eliminado de Gran Hermano con el 57.8% de los votos, dejando a Furia con el 42.2%. A diferencia de otras ocasiones en las que Furia festejaba su continuidad en el programa de manera eufórica, esta vez no hubo celebraciones extravagantes, insultos a las cámaras ni confrontaciones.