Una decisión judicial consideró que el fuerte aumento de contagios en los últimos días generó un “riesgo muy alto” de que colapse el sistema sanitario local. El municipio brasileño debe dar marcha atrás con las flexibilizaciones de la cuarentena y los hoteles tienen prohibido aceptar nuevos huéspedes.
Un magistrado declaró en consecuencia un “estado de calamidad” que determina que los turistas que se alojan en la ciudad deben dejar los hoteles, posadas y propiedades de alquiler para la temporada en un plazo de 72 horas desde este jueves. La medida también prohíbe que los hoteles o propietarios de viviendas promuevan el alquiler por temporada o acepten nuevos huéspedes, según informó el grupo de medios local Globo.
