En el Centro de Salud Animal de Comodoro Rivadavia, cuatro perros buscan cambiar su destino y encontrar un hogar definitivo. Cada uno con una historia particular, se convirtieron en protagonistas de una campaña de adopción responsable que apela al corazón de la comunidad.
Tigresa, una perra mayor de mirada dulce y pestañas blancas, pasó gran parte de su vida en el dispensario. Aunque siempre tuvo la posibilidad de irse, eligió quedarse en la puerta del lugar que conocía como refugio. Hoy, los años comienzan a pesarle y necesita con urgencia una familia amorosa que la acompañe en esta etapa de su vida.
Pocho es descrito como un “Richard Gere canino”: petiso, canoso y encantador. A pesar de su espíritu joven, mostró su vulnerabilidad al negarse a volver al refugio después de un paseo, un gesto que conmovió al personal. Su gran deseo es sentirse parte de un hogar y regalar compañía a quien lo adopte.
Cala, por su parte, es ejemplo de resiliencia. A pesar de haber atravesado una historia difícil, conserva la capacidad de confiar y disfrutar del contacto con personas y otros perros. Lleva más de un año en el dispensario y sueña con un hogar donde pueda cambiar las noches en una jaula por el calor de una frazada y el afecto humano.
Finalmente está Ciro, un perro joven y enérgico que nació para jugar, explorar y compartir paseos. Disfruta de cada salida, pero su mirada refleja la tristeza de volver al refugio. Busca una familia activa que lo invite a compartir la vida cotidiana, desde caminatas al aire libre hasta tardes de sillón y series.
El Centro de Salud Animal recuerda que adoptar es un acto de amor y responsabilidad, y que cada uno de estos perros tiene mucho para dar. Quienes deseen conocer a Tigresa, Pocho, Cala o Ciro, pueden acercarse al dispensario canino y ofrecerles la oportunidad de un nuevo comienzo.
