La Cámara de Diputados de la Nación buscará aprobar esta semana el proyecto de ley de Economía del Conocimiento, en la que será la tercera sesión telemática del cuerpo; que volverá a trabajar sobre iniciativas consensuadas, mientras se ajustan detalles de funcionamiento para debates de temas divergentes como el del impuesto a la riqueza.
Con el dictamen de consenso alcanzado el martes pasado, la Cámara baja está en condiciones de debatir en el ‘plenario virtual’ el proyecto del Poder Ejecutivo que mantiene los beneficios de reducción de alícuota del impuesto a las Ganancias, la baja sobre el pago de contribuciones patronales y mejora las condiciones de acceso para las pymes.
El proyecto presentado en febrero por el PEN para mejorar la legislación sobre la materia sancionada hace un año a instancias del gobierno de Cambiemos se demoró en su tratamiento debido al retraso que generó la pandemia de coronavirus en la actividad parlamentaria.
En el plenario de comisiones que dio dictamen al proyecto, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, señaló la importancia de la ley aprobada en 2019, aunque aclaró que «tenía algunos inconvenientes», al justificar el envío de las modificaciones que, afirmó, «generan mayor certidumbre, incluye a más pymes, incorpora aspectos sociales y sobre todo la perspectiva de género».
Entre los principales cambios respecto a la ley anterior, la nueva versión no contiene la cláusula de estabilidad fiscal por diez años para las empresas, cuestión que fue criticada por algunos legisladores de la oposición. Lo que sí dispone es una estabilidad de los beneficios por el período de duración de vigencia del régimen.
El acompañamiento de Juntos por el Cambio y de otros bloques opositores de la Cámara permitirá que el debate esta semana -previsto para miércoles o jueves- transcurra sin mayores sobresaltos y que al tener adhesión de amplia mayoría no se generen dificultades en la votación remota.
El de Economía del Conocimiento será el quinto proyecto que la Cámara baja votará por consenso desde la inauguración de las sesiones virtuales, el pasado miércoles 13.
En las dos anteriores se votaron los de beneficios impositivos para el personal de salud, provisión de elementos de prevención para los trabajadores de ese sector, educación a distancia y recetas digitales.
Si bien todos fueron aprobados por amplias mayorías o en forma unánime, se registraron algunas dificultades con cinco o seis votos que -en cada una- no se registraban en el sistema informático y debían ser explicitados posteriormente por audio. No obstante, en el sistema tradicional también suele ocurrir lo mismo.
«El sistema funciona bien y en las plataformas quedan registrados todos los movimientos de los diputados (si dan quórum o no y si permanecen en el recinto) y cual fue su voto», aclaró el secretario general de la Cámara, Juan Manuel Cheppi, encargado de llevar adelante la innovadora tecnología.
Los dichos del funcionario legislativo contrarrestaron las críticas de la diputada de la Coalición Cívica Mónica Frade, que el jueves pasado intentó polemizar argumentando que no se le había computado su voto en un pedido de apartamiento del reglamento que había solicitado Juntos por el Cambio para tratar el DNU del Poder Ejecutivo sobre la ampliación presupuestaria.
En la Presidencia de la Cámara baja consta el acta en que la diputada no estaba ‘logueada’ como participante de la sesión en ese momento, y desde el Frente de Todos marcaron una observación: «Ninguno de sus compañeros de interbloque la acompañó en el reclamo» que realizó mediáticamente y vía Twitter.
El pedido de los ex Cambiemos para tratar ese DNU, no previsto en los consensos previos, generó la primera votación con ‘final abierto’ de la era virtual; aunque la necesidad de alcanzar los tres cuartos de los presentes para poder modificar el temario, ya anticipaba la derrota de Juntos por el Cambio.
De los 182 votos que necesitaba (3/4 de los 245 presentes), la principal bancada opositora sumó media docena de representantes de otros bloques y obtuvo 119; en tanto el Frente de Todos sumó aliados para alcanzar los 127.
Más allá de ese planteo, desde los principales bloques parlamentarios expresaron que estaban satisfechos con el funcionamiento del sistema, y trabajan con el área técnica de la Cámara para subsanar detalles que se presentaron en estas primeras sesiones consensuadas.
En el ámbito parlamentario la idea es que el sistema esté lo suficientemente «probado y exigido’ para que cuando se realice el primer debate sin acuerdos políticos previos no presente ninguna falla.
Según coinciden en afirmar fuentes parlamentarias de diferentes bancadas, esa ocasión sería en el tratamiento del anunciado proyecto de impuesto a la riqueza.
Fuente: Télam