Adnan Oktar y casi 200 seguidores de este religioso fueron detenidos en 2018, luego que la Justicia obtuvo pruebas para acusarlos de crimen organizado, fraude y explotación sexual.
La detención se llevó a cago en un megaoperativo conjunto en cinco provincias de Turquía, e incluyó el registro de diversas propiedades donde se buscaron pruebas de crímenes financieros. Luego de dos años de juicio, el líder islamista fue sentenciado a 1075 años de cárcel por varios delitos de abuso sexual y fraude. El hombre de 64 años que llamaba a sus seguidoras “mis gatitas” también fue hallado culpable de los delitos de robo a mano armada, secuestro, creación de una organización criminal e intento de espionaje.
El predicador turco comenzó su organización en la década de 1980. Iniciando en Estambul, a lo largo de los años logró acumular gran cantidad de dinero y relaciones de poder, algo que muchas veces lo ayudó a continuar con sus negocios.
Oktar predicaba el antisemitismo, defendía el creacionismo y manifestaba una profunda aversión a la teoría de la evolución. Cuando lo consideró necesario, el religioso lanzó un canal de televisión que utilizaba como plataforma para promover sus creencias. Allí se lo veía hablar ante un gran número de mujeres a las que llamaba sus “gatitas”. Según indicó la Justicia, los exintegrantes del grupo contaron que la mayoría de las mujeres recibían amenazas y se las esclavizaba sexualmente.
