Las lluvias torrenciales provocadas por la «gota fría», también conocida como «DANA» («depresión aislada en niveles altos»), han dejado un saldo de al menos 70 muertos y decenas de desaparecidos en las provincias de Valencia y Albacete, España.
La tragedia, considerada una de las peores de las últimas décadas en el país, ha causado daños materiales incalculables.
El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, se limitó a hablar de «múltiples víctimas», sin precisar una cifra exacta, ya que las labores de rescate y búsqueda aún continúan en zonas donde los servicios de emergencia apenas han podido acceder.
Las lluvias récord, con cifras como los 500 litros por metro cuadrado en ocho horas en Chiva, han provocado inundaciones y desbordamientos de ríos, especialmente en las zonas montañosas y con barrancos cerca de la ciudad de Valencia.
La orografía de la región, con un notable desnivel a unos 50 kilómetros del mar, la hace propensa a las «riadas» o desbordamientos de ríos en episodios de lluvia intensa, pero la violencia de esta «gota fría» ha sido excepcional.
Las conexiones terrestres y aéreas se han visto afectadas, con carreteras y vías férreas cortadas y vuelos desviados.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha calificado este evento como la «gota fría más adversa del siglo en la Comunitat Valenciana».
Las autoridades continúan trabajando en las labores de rescate y búsqueda de desaparecidos, mientras que la población se enfrenta a las consecuencias devastadoras de la tragedia.
