La periodista especializada en género e impulsora del movimiento «Ni una menos», llegó a la ciudad invitada por la Secretaría de la Mujer en el marco de este mes tan importante de debate. Brindó una charla abierta en el Centro de Información Pública sobre la historia de esta expresión multitudinaria y la lucha que se debe dar para tener una sociedad más igualitaria.
En el marco del séptimo aniversario del «Ni Una Menos», el Municipio llevó a cabo una charla abierta con la periodista Ingrid Beck para analizar los avances que se consiguieron desde el 2015, los retrocesos y también la potencialidad que tiene el movimiento detrás de su condición de espontáneo y heterogéneo.
En compañía de la secretaría de la Mujer, Género, Juventud y Diversidad, Jimena Cores, la periodista se reunió con los trabajadores de la cartera para conocer su dinámica de trabajo, para luego ser la oradora de la charla abierta al público.
“Es una alegría y un orgullo poder tener a Ingrid en Comodoro y poder hablar con ella sobre lo que vivimos en la ciudad como impulsoras de políticas de género. La idea es que pudiéramos hablar del reclamo y de lo que implica Ni Una Menos, de lo que pasó a lo largo de estos siete años”, destacó Cores.
“Ni Una Menos fue algo que se impulsó por periodistas de Buenos Aires que se necesitaba y que unió a todas las mujeres del país. La catarsis que hacemos estos días es decir que se hizo mucho, pero todavía no alcanza, y seguimos necesitando un montón de cosas más”, agregó.
Escuchar para aprender
Por su parte, Beck manifestó que fue interesante escuchar qué tienen para decir los ciudadanos de Comodoro para conocer sus realidades. “Siempre es muy provechoso por varias cuestiones. Por un lado, se confirma que todas las cuestiones que tienen que ver con la perspectiva de género, las violencias, las necesidades y la desigualdad entre mujeres y varones, ocurren en todos lados. Por otro lado, siempre me gusta volver a contar la historia de Ni Una Menos porque nos trae de nuevo este recuerdo de tomar las calles, de hacernos presentes en el espacio público y de reclamar por nuestros derechos”, subrayó.
Continuando en esa línea, una de las impulsoras de Ni Una Menos consideró que el balance del movimiento que comenzó hace siete años es positivo. “No vamos a impedir que se terminen los femicidios en siete años. Es una tarea absolutamente imposible, pero lo que sí logramos es cambiar cómo se cuentan las violencias, que eso no es menor. Antes del 2015 no se hablaba de femicidios. Hoy sabemos que existen, sabemos que son mujeres asesinadas por su condición de género, sabemos que las raíces de esos crímenes de odio están en la desigualdad estructural y todo eso que sabemos hoy no es menor”, afirmó.
“Creo que cada vez somos más los que estamos convencidos de que hay posibilidades de bajar cifras de femicidios, de proteger a las víctimas y de desnaturalizar sobre todo las violencias que vivimos. El sentido común social que se modificó hace que muchas mujeres por ahí se den cuenta con anticipación. Antes era natural sufrir violencia para las mujeres y hoy, en muchos ámbitos, ya no se toma como natural, así que me parece que todo el balance positivo más allá de la legislación de ampliación de derechos y de un montón de logros que hemos tenido en estos años”, agregó.
Y analizó el avance de ciertos sectores conservadores. “Obviamente hay retrocesos como en todo avance. Las olas son enormes y tienen ese retroceso para cobrar fuerza y volver a hacer marea. Me parece que debemos ser conscientes de que estamos viviendo un momento histórico, de que estamos haciendo historia, que somos parte de la historia y eso viene con los grandes avances y con algunos retrocesos que nos hacen garantizar lo que conseguimos”, subrayó.
Cambiar apariencias
Asimismo, Beck manifestó que se deben cambiar ciertas apariencias para pasar a acciones concretas. “La generación de estructuras vinculadas con temas de género son muy importante siempre y cuando tengan poder de decisión política y presupuesto, sino es una oficina más que lo que hace es un lavado de cara a los que toman las decisiones”, destacó.
“Hablamos de Estado, pero también de clubes, sindicatos y de un montón de espacios que abrieron oficinas de género y que, en muchos casos, son eso, una pintura violeta y nada más. No hay nada detrás de eso, es una pared”, cuestionó.
“La responsabilidad del Estado es hacer una sociedad más igualitaria. Es decir, generar oportunidades para que las mujeres podamos acceder a los mismos lugares y en las mismas condiciones que los varones. Un caso actual es la pobreza. Sabemos que las más pobres son las mujeres. El Estado tiene que generar políticas públicas que hagan que las mujeres salgan de la pobreza y que sus niños y niñas no tengan hambre. Todo eso tiene que ver con políticas de género”, aseveró Beck.