Buenos Aires, 2003. La Plaza de Mayo vibra con la llegada de Néstor Kirchner a la Casa Rosada, un patagónico de verbo encendido que promete refundar Argentina tras la crisis de 2001. A pocos metros, en la Catedral Metropolitana, Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, observa con su característica sobriedad jesuita. Nadie imagina entonces que la relación entre el poder político y el líder eclesiástico se convertirá en un intrincado juego de críticas veladas, silencios diplomáticos y acercamientos estratégicos, marcado por la desconfianza mutua y, tras la elección de Bergoglio como Papa Francisco en 2013, por un giro inesperado hacia la distensión. Con el fallecimiento de Francisco este Lunes de Pascua de 2025, esta crónica recorre los hitos de un vínculo que reflejó las tensiones de una Argentina polarizada.Los primeros chispazos: Bergoglio como «jefe de la oposición»El desencuentro comenzó temprano. En 2004, un año después de la asunción de Néstor Kirchner, Bergoglio pronunció una homilía en la Catedral que resonó como un dardo: cuestionó «el exhibicionismo y los anuncios estridentes de los gobernantes», una crítica que, sin nombrarlo, apuntaba al estilo confrontacional del presidente. Kirchner, herido en su orgullo, lo calificó como el «jefe espiritual de la oposición política», una etiqueta que acompañaría al arzobispo durante años.
La tensión escaló en 2005, cuando Kirchner rompió la tradición y anunció que no asistiría al tedeum del 25 de mayo en la Catedral Metropolitana, optando por una ceremonia en Santiago del Estero. El vocero de Bergoglio, Guillermo Marcó, sentenció: «No hay relación de la Iglesia con el Gobierno».El punto de quiebre llegó en el tedeum de 2006, un episodio que aún resuena en la memoria política argentina. Con Néstor y Cristina Fernández de Kirchner en primera fila, Bergoglio pronunció un sermón incendiario: «Desdichado el vengativo y rencoroso, el que busca enemigos y culpables solo afuera», advirtió, criticando la polarización y la «inseguridad prepotente» de los líderes. Según revelaciones posteriores, el texto de la homilía había sido filtrado al gobierno mediante espionaje, lo que enfureció al arzobispo. Néstor, visiblemente tenso, apenas disimuló su malestar, mientras Alberto Fernández, entonces jefe de Gabinete, tomaba notas con gesto adusto. El mensaje de Bergoglio fue claro: no toleraría lo que percibía como un estilo autoritario.Los roces no se limitaron a las homilías.
Kirchner sospechaba que Bergoglio tejía alianzas con figuras opositoras como las diputadas Gabriela Michetti y Elisa Carrió, ambas católicas devotas. Además, el arzobispo mantenía una relación cercana con los sectores rurales durante el conflicto por la Resolución 125 en 2008, cuando Cristina, ya presidenta, enfrentó un paro agropecuario de 129 días. Bergoglio pidió un «gesto de grandeza» para destrabar la crisis, una intervención que el gobierno interpretó como un desafío directo.
La batalla por los valores: Matrimonio igualitario y aborto
El enfrentamiento alcanzó su zenit en 2010, durante el debate por la ley de matrimonio igualitario, un proyecto impulsado por el kirchnerismo. Bergoglio, como líder de la Conferencia Episcopal Argentina, encabezó la resistencia. Envió una carta a todos los sacerdotes instando a defender «el bien inalterable del matrimonio y la familia» y calificó la iniciativa como «una movida del diablo». Organizó marchas y pronunció discursos encendidos, lo que provocó una réplica directa de Cristina: «Me preocupa el tono, se plantea como una cuestión de moral religiosa, cuando lo que se hace es mirar una realidad que ya existe». La ley fue aprobada, marcando una derrota simbólica para Bergoglio y un nuevo capítulo de hostilidad con el gobierno.El debate sobre el aborto no punible, promovido por sectores kirchneristas, también tensó la cuerda. Bergoglio insistió en que «el aborto nunca es la solución» y reclamó respeto por la vida de la madre y el niño por nacer. Estas posturas consolidaron su imagen como un adversario ideológico del kirchnerismo, que lo acusaba de entrometerse en la política desde el púlpito.
La sombra de la dictadura: Acusaciones y presiones
Uno de los capítulos más oscuros de esta relación ocurrió en 2010, cuando Bergoglio fue citado a declarar como testigo en la causa ESMA por el secuestro de los jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalics durante la dictadura (1976-1983). El periodista Horacio Verbitsky, cercano al kirchnerismo, lo acusó de haber «entregado» a los sacerdotes al retirarles su protección como superior provincial de los jesuitas. Bergoglio, en una declaración de cuatro horas en el Episcopado, afirmó haber intercedido ante los dictadores Jorge Videla y Emilio Massera para salvarlos. En 2023, ya como Papa Francisco, reveló que el gobierno de Cristina había presionado a tres jueces para condenarlo: «Querían cortarme la cabeza», confesó a jesuitas en Hungría, asegurando que las acusaciones eran parte de una campaña para desacreditarlo. El presbítero Carlos María Galli, relator de una investigación eclesiástica sobre la dictadura, sostuvo que los ataques contra Bergoglio fueron «un poco armados» para servir al gobierno de turno. La publicación en 2023 de La verdad los hará libres, un estudio de la Conferencia Episcopal Argentina, respaldó la versión de Bergoglio, documentando sus esfuerzos para proteger a perseguidos, aunque las sospechas de algunos sectores de derechos humanos persisten.
De la frialdad a la distensión: El Papa Francisco y el giro kirchnerista
La elección de Bergoglio como Papa Francisco en marzo de 2013 marcó un punto de inflexión. El kirchnerismo, inicialmente, reaccionó con frialdad. Cristina tardó en felicitarlo, y su mensaje, publicado en redes sociales, fue protocolar: «Le hago llegar a su Santidad mi consideración y respeto». Militantes de La Cámpora silbaron al nuevo Papa en un acto en Tecnópolis, y medios oficialistas como Página/12 revivieron las acusaciones de complicidad con la dictadura. Sin embargo, la magnitud global del nombramiento obligó al gobierno a recalcular.Cristina viajó al Vaticano para la misa inaugural de Francisco, un gesto que simbolizó el inicio de una distensión. Entre 2013 y 2015, se reunió con él siete veces, un contraste notable con los escasos cuatro encuentros durante su etapa como arzobispo. La presidenta, viuda desde 2010, encontró en Francisco una recepción cálida, y él, según allegados, pidió a su entorno: «Cuiden a Cristina». Figuras kirchneristas como Hebe de Bonafini, quien había calificado a Bergoglio de «basura», cambiaron de postura; Bonafini visitó al Papa en 2016 y le pidió perdón por sus críticas.El kirchnerismo también capitalizó la imagen de Francisco. En 2013, afiches en Buenos Aires lo celebraron como el «Papa peronista», y en 2014, durante las elecciones primarias, carteles con Cristina y Francisco juntos reforzaron la narrativa de cercanía. Sin embargo, no todos en el kirchnerismo abrazaron esta reconciliación. Intelectuales como Horacio González, de Carta Abierta, rechazaron la etiqueta de «Papa peronista» como un «ataque torpe».
El legado: Un Papa entre la grieta
La relación entre Bergoglio y el kirchnerismo nunca dejó de ser ambivalente. Mientras Francisco, desde el Vaticano, promovía la justicia social y la reconciliación, en Argentina algunos lo acusaban de favorecer al peronismo. En 2018, según el Financial Times, medió en la reconciliación entre Cristina y Alberto Fernández, un gesto que alimentó críticas de sectores conservadores. Otros, como el usuario de X @jmartinianoduar en 2024, lo señalaron por un supuesto «apoyo intencional» al kirchnerismo, reflejando la percepción de una Iglesia dividida en la polarización argentina.Tras su fallecimiento, las redes sociales reviven esta historia. @MarianoCLopez recuerda en X cómo el kirchnerismo tardó una semana en reconocer a Francisco en 2013, usando medios como Página/12 para cuestionarlo. @pmorosi, en cambio, destaca su capacidad de fotografiarse «con toda la casta argentina», pero lamenta que no lograra cambios estructurales en la Iglesia.Jorge Bergoglio, el arzobispo que caminaba los barrios pobres y desafiaba desde el púlpito, y Francisco, el Papa que abrazó a los marginados y tendió puentes, Jonas, dejó un legado complejo. Su relación con el kirchnerismo, marcada por la confrontación y la posterior distensión, es un espejo de la Argentina contemporánea: un país donde la fe, la política y la grieta se entrelazan en una danza sin fin. Mientras las campanas de San Pedro doblan por su partida, la pregunta persiste: ¿fue Bergoglio el jefe de la oposición o un pastor que buscó unir a un pueblo dividido? La respuesta, como siempre, depende de quién la cuente.
Fuentes:
BBC News Mundo, Las claves de la tensión entre Bergoglio y los Kirchner
LA NACION, Bergoglio y los Kirchner: años de una relación tensa
EL PAÍS, Los Kirchner frente a Bergoglio Perfil, Bergoglio y los Kirchner: una relación tensa y distante
Clarín, La áspera relación de los Kirchner con Bergoglio
El Cronista, El día en que Néstor Kirchner hackeó a Bergoglio
Clarín, Aquella homilía de Bergoglio que enfureció a los Kirchner
BBC News Mundo, ¿Qué pasó con los que criticaban al papa Francisco en Argentina?
La Prensa, Otra vez se supo que Jorge Bergoglio hace política partidaria
EL PAÍS Argentina, El papa Francisco revela que el kirchnerismo intentó meterlo preso
EL PAÍS English, Pope Francis reveals that Argentina’s government under Kirchner tried to put him in prison L
A NACION, Bergoglio y los Kirchner: seis años de una relación gélida El Cronista, La mutación del kirchnerismo desde la llegada de Bergoglio al Vaticano
EL MUNDO, Cuando los Kirchner quisieron enviar a la cárcel al futuro Papa
LA NACION, Las razones del papa Francisco para rememorar ahora la persecución del kirchnerismo
El Comercio Perú, Las claves de la tensión entre Jorge Bergoglio y los Kirchner
Perfil, El abrupto cambio de discurso del kirchnerismo sobre el papa Francisco
Letra P, Néstor Kirchner la vio: Jorge Bergoglio, el jefe de la oposición
ABC, Jorge Bergoglio, un cardenal opositor a los Kirchner
EL PAÍS Argentina, El Papa recibe críticas de católicos argentinos por sus gestos políticos
La Política Online, El ridículo del kirchnerismo duro ante el giro de Cristina con el papa Francisco
Infobae, “Querían cortarme la cabeza”: el Papa reveló que el kirchnerismo presionó para que lo condenaran
Letra P, El lado B del día que Bergoglio dijo que el kirchnerismo le quería cortar la cabeza Infobae, Jorge Bergoglio y la historia secreta del Cónclave de 2005
Publicaciones en X sobre la relación entre Bergoglio y el kirchnerismo
