El pasado sábado se llevó a cabo el esperado remate de la última planta de Guilford en Kilómetro 8, marcando el final de una era para la textil en la ciudad. El cierre de la empresa en septiembre de 2016 dejó a los trabajadores en la calle sin cobrar salarios adeudados ni indemnizaciones, lo que generó una serie de demandas legales.
Casi ocho años después de aquel triste suceso, la venta del inmueble finalmente se concretó gracias a la decisión del Juzgado Letrado de Primera Instancia en lo Laboral Nº 2, a cargo de la Dra. Isis Pacheco. La planta cuenta con una superficie de 32.066 metros cuadrados, perímetro alambrado y una superficie cubierta de 15.700 metros cuadrados, que incluye cuatro naves tipo galpones individuales, baños y cocina, con construcción de hormigón y techos de chapa en estado regular.
Antes de comenzar la subasta, se realizó una visita a las instalaciones que actualmente se encuentran abandonadas, habiendo sido desmanteladas y sufriendo robos por parte de delincuentes. En el lugar estuvieron presentes el martillero público a cargo del remate, Andrés Zárate, y la jueza Pacheco, junto con un grupo de extrabajadores de Guilford y su abogado, Jorge Echelini, entre otros interesados.
Durante el remate, que inició con una base cercana a los 400 millones de pesos, tres potenciales compradores compitieron para adquirir la propiedad. Finalmente, uno de ellos resultó ganador con una oferta de 550 millones de pesos.
Este remate marca el cierre definitivo de la historia de Guilford en Kilómetro 8, dejando atrás un legado de luchas y reclamos por parte de los trabajadores afectados.