El papa León XIV definió el nacimiento de Jesucristo como el origen de una paz verdadera que exige responsabilidad personal mediante el perdón y la solidaridad durante su primer mensaje Urbi et Orbi. Desde el Vaticano, el pontífice estadounidense sostuvo que la paz trasciende la mera ausencia de conflicto y se manifiesta como un proceso activo para vencer el odio y la violencia a través del compromiso individual. Ante la felicidad global, la máxima autoridad de la Iglesia Católica vinculó la festividad religiosa con un mandato ético ineludible frente al sufrimiento ajeno, enfatizando que la construcción de relaciones justas solo es posible desde un cambio de conducta fundamentado en la misericordia.
La narrativa oficial distribuida por Vatican News destaca que el Papa centró su análisis en la humildad del pesebre como una elección deliberada de pobreza para identificarse con los sectores excluidos de la sociedad. León XIV argumentó que el hecho de que el creador de todo eligiera un establecimiento revela una intención de ubicar la verdadera grandeza en la solidaridad y no en las estructuras de poder tradicionales. Según la perspectiva expuesta en el mensaje, Jesús se identifica directamente con los marginados, estableciendo que la paz es el fruto de reconocer las faltas propias y comprometerse con el bienestar del prójimo en un marco de justicia social.
En materia de geopolítica internacional, el pontífice expande su llamado a la paz mundial citando focos de tensión específicos en Medio Oriente y Ucrania, tal como lo había manifestado durante la Nochebuena. Durante la jornada de Navidad, la exhortación incluyó a regiones de América Latina, Myanmar y Sudán, además de otros territorios golpeados por la violencia sistemática y desastres naturales. El mensaje papal subrayó que la intervención divina en la historia humana requiere necesariamente de la cooperación del hombre, bajo la premisa de que la salvación y la estabilidad global no pueden alcanzarse sin la participación activa de los ciudadanos y líderes.
La primera misa de Navidad de este pontificado se desarrolló en la basílica de San Pedro tras un encuentro de León XIV con millas de personas congregadas en la plaza vaticana. Pese a las inclemencias climáticas, aproximadamente cinco mil fieles siguieron la ceremonia a través de pantallas gigantes debido a las limitaciones de espacio del templo. El Papa saludó a los presentes en idioma inglés y reconoció la persistencia de los asistentes que permanecieron bajo la lluvia para presenciar el inicio de su gestión. La jornada concluyó con un discurso enfocado en la caridad y la esperanza operativa dentro del escenario actual de conflictos internacionales. ( Agencia OPI Santa Cruz )























