Ya en la etapa final del debate en juicio oral y público por los incidentes en la Legislatura e incendios producidos el 19 de septiembre del año 2019, pidió declarar ante el juez Fabio Monti el único imputado, Matías Schierloh, un licenciado en ciencias políticas, profesor en varias escuelas secundarias de Rawson.
Inició su exposición ante el juez Fabio Monti indicando que “me siento muy mal, me siento un pelotudo, un perejil, el pato de la boda por los hechos que se me achacan. Luego refirió a los reclamos salariales y otros de distinta índole, además de cómo llegó a ser delegado escolar, función que “no quería cumplir” pero que aceptó por la complejidad de la situación y la necesidad de acompañar a los otros docentes. En este sentido se refirió “a la desidia del Estado” y la situación general de conflictividad. “Nunca tuve aspiraciones, era un simple cuatro de copas, un delegado de base”, destacó.
Se refirió a la estigmatización periodística que “tilda de vagos a los docentes” y a las decisiones que se toman sobre la base de la democracia sindical, por lo que “yo no podía dejar de estar en los reclamos, porque represento a las escuelas para las que trabajo”.
Dijo que el día de los incidentes, en el marco de un plenario provincial, “entró gente que no era docente. Tomamos la decisión de marchar por el Ministerio de Economía y luego a Casa de Gobierno. Había rumores de una contramarcha, se decía promovida por el ministro de seguridad (Federico) Massoni. Teníamos miedo de un posible choque y por eso se hicieron cambios en el recorrido. Yo soy de Rawson y ese día había gente rara, que se ocultaba el rostro con capuchas y filmaban…”, reiteró.
Respecto del momento de los incidentes, dijo que en el plenario se decidió que estaría a cargo de los docentes de Comodoro Rivadavia mediante la modalidad de acampe frente a la Legislatura. Expresó que cuando se enteró de la muerte de una docente de Comodoro Rivadavia en regreso a esa ciudad “me puse muy nervioso, intentando tranquilizarme decidí ir a la movilización. A llegar el escenario era desolador, impotencia y llantos”. Agregó que “allí nos enteramos de la muerte de la otra docente”.
Expresó que observó cómo tiraban las vallas y el repliegue de la Policía. Intenté contenerlos porque “no estaba de acuerdo con ingresar a la Legislatura” y que además “intenté defender a dos policías que comenzaron a ser golpeados”. Agregó que desconocidos “trajeron los palets de madera, fueron muchas personas que decían ‘acá hay que quemar todo’ y yo no estaba de acuerdo con quemar nada”.
Dijo que con el avance de la noche, se congregaron unas 1.500 personas, “estaba todo Rawson”.
Agregó haber visto llegar una camioneta Ford Eco Sport de color gris, con jóvenes “encapuchados que bajaron cubiertas. Claramente, no eran docentes, los podemos llamar infiltrados”, indicó. Reconoció haber ayudado a bajar cubiertas, “pero ni siquiera los arrojé al fuego, porque había mucha gente alrededor”.
Dijo que luego regresó a su casa de Playa Unión para destacar que al día siguiente, antes de partir hacia una marcha de silencio, fue observado desde un auto por personas conocidas.
“Le quiero decir, señor juez, que me declaro inocente”, concluyó.