Rosina Beltrán, una encantadora entrenadora personal uruguaya de 26 años, ha capturado la atención de los fanáticos de Gran Hermano con su energía arrolladora y su deslumbrante belleza. Su ingreso al reality show ha generado una ola de reacciones positivas en las redes sociales, donde los seguidores expresan su admiración por ella.
Incluso Julieta Poggio, finalista de la última temporada de Gran Hermano y encargada de acompañar a los nuevos concursantes en esta edición, no pudo contener su entusiasmo y compartió en Instagram: «¡Qué hermosa esta uruguaya, la amé!».
Sin embargo, la belleza uruguaya se guardó un detalle de su pasado, que hasta ahora no confesó.
Según el diario uruguayo El País, Rosina renunció recientemente a su trabajo como profesora en un centro educativo para unirse al programa. Sorprendentemente, sus colegas del jardín se enteraron de su participación en el reality show a través de la televisión, ya que ella no mencionó nada sobre ello al momento de informar su renuncia.
En su video de presentación y durante su interacción con Santiago Del Moro en el estudio, Rosina no hizo referencia a su pasado como profesora. En cambio, en sus redes sociales se enfoca en compartir sus intensas rutinas de entrenamiento físico, fotos deslumbrantes en la playa y su faceta espiritual. Su biografía en Instagram revela su lema personal: «manifestación y abundancia».
























