Como ocurrió con sus canciones, Paul McCartney dejó una huella emocional en cada una de sus visitas a la Argentina. Desde aquel desembarco soñado en 1993 hasta su última presentación en 2019, el ex Beatle supo cautivar al público argentino con su música y su personalidad, y también con algunas excentricidades propias de su estatura artística.
Este sábado y domingo volverá a actuar en Buenos Aires y el 23 de octubre lo hará en el Kempes de la ciudad de Córdoba, dos escenarios que supo transitar y que se preparan una vez más para albergar a la leyenda.
En plena cuenta regresiva a su primer show, el bajista ya salió del Four Seasons en dos oportunidades. Primero, para ir a escuchar tango al teatro del Faena, espacio que cerraron para que pudiera presenciar un show privado; y segundo, a probar sonido al estadio, donde luego saludó a sus fans desde la camioneta. Más allá de eso, es probable que el caballero haya pasado las horas en su suite, tocando el piano que pidió expresamente y aguardando que sea la hora indicada para lo que más sabe hacer: enamorar a varias generaciones con sus canciones inolvidables.
Fuente: Infobae