Desde Estambul, donde acompañó a Mauro Icardi en su nuevo destino futbolístico, la empresaria habló de la enseñanza que quiere transmitirle a sus hijos
Son días particularmente agitados en la siempre agitada vida de Wanda Nara. En las últimas horas, la empresaria pasó por Buenos Aires para grabar su participación en el programa ¿Quién es la máscara?, viajó a Miami donde lanzó su marca de maquillaje y de allí voló a Turquía donde ultimó los detalles para que su marido Mauro Icardi firme con el Galatasaray, uno de los equipos grandes de aquel país.
En ese ritmo frenético, la empresaria aprovechó un momento de quietud y desde la habitación del hotel grabó un profundo mensaje para sus seguidores. Siempre dispuesta a abrir el intercambio con sus fans, Wanda dio algunas impresiones de sus primeras horas en suelo turco, desestimó a los supuestos inconvenientes con sus nuevos compañeros de trabajo en Argentina y se permitió una reflexión sobre la fortuna que logró amasar en su carrera y el futuro que imagina para su descendencia.
Luego de enumerar algunos de sus trabajos, y en una línea irónica, se refirió a algunas críticas que recibió por aceptar ofertas laborales lejos de sus hijos. En este punto, argumentó que aceptó hacerlo recién ahora ya que todos se encuentran en edad escolar, lo que le permite tener más tiempo libre. Y aprovechando su estadía en Turquía, habló de su tarea junto a su marido: “Desde hace seis, siete años sigo los contratos y los cambios de Mauro, que tan mal tampoco lo hago. Yo hago los contratos y después él juega en la cancha porque lo único que me falta es también es entrar a jugar”, comentó.
En este sentido, y con el mismo semblante, Wanda enumeró los cambios que conlleva una modificación en la rutina laboral como la que está viviendo su familia, que pasa de París a Estambul: “Como toda mamá, mi parte es contener, acompañar, anotar en un nuevo colegio, de buscar casa, de hacer la mudanza”, aseguró. Y agregó: “Lo hago de la mejor manera: además de la parte contractual, estoy haciendo la parte emocional y emotiva”.
A continuación, se refirió a la fortuna que logró amasar en estos años y no anduvo con vueltas: “Podría vivir sin trabajar, seguramente sí. Yo, mis hijos y los hijos de mis hijos. Con 35 años logré que todos ellos puedan vivir sin trabajar también”, admitió en referencia a Valentino, Constantino y Benedicto, de su relación con Maxi López, y a Francesca e Isabella, las niñas que tuvo con Mauro Icardi.
Pero lejos de hacer ostentación, algo por lo que muchas veces fue cuestionada, agregó:
“Ese no es el ejemplo que le quiero dejar a mis hijos. No quiero que el día de mañana yo me muera y venga un fracasado de la vida y les diga: ‘Mirá todo lo que te dejó tu vieja, no trabajes’.”
Al respecto, aseguró que “siempre se puede seguir creciendo e ir por más. Siempre hay alguien que tiene más y alguien que tiene menos, pero en la vida, lo que nos hace diferentes son los sueños que tenemos”, reflexionó. Y agregó dejando en claro que no se arrepentía de su estilo de vida: “Si viviera con la tarjeta de crédito de mi marido, encerrada en mi casa, yendo y viniendo del supermercado, no habría mucho margen de error, ahí estaría todo perfecto. Pero prefiero tener otra vida”, cerró.
Fuente: TeleShow