El camarín del estudio de LAM (América TV) se convirtió en el escenario de una inesperada confesión. Cinthia Fernández, con la espontaneidad que la caracteriza, reveló que había sido sometida a una cirugía de urgencia para la extracción de un quiste en la espalda, un episodio que la tuvo en vilo durante días.
“Me hicieron una extracción de un quiste”, anunció en sus redes, al advertir sobre la crudeza de las imágenes que estaba por compartir. Pero más allá del impacto visual, lo que resonó con fuerza fue el relato de la panelista sobre el dolor y la angustia que atravesó antes de la intervención.
El fin de semana no fue fácil para Fernández. “Tenía un bulto en la espalda que hace dos días me empezó a doler”, comentó con franqueza. La incomodidad se transformó en preocupación cuando la inflamación aumentó y el dolor se volvió insoportable. “Me costó muchísimo dormir”, expresó.
Al principio, pensó que era un simple granito, una molestia pasajera. Pero el tiempo pasó y el bulto seguía ahí, creciendo en silencio. “También me había pasado en la cabeza y me lo terminó sacando un cirujano por lo mismo”, recordó, al enlazar este episodio con una experiencia anterior.
Cuando decidió buscar ayuda, se encontró con un obstáculo inesperado: la burocracia de su obra social. “Cuando vos los necesitás, no están”, lanzó con ironía y descontento. La respuesta que recibió fue desalentadora: un turno disponible recién en dos meses. La espera no era una opción.
Fue entonces cuando apareció un cirujano dispuesto a atenderla de inmediato. “Supo entender mi urgencia y me dijo: ‘Es un quiste sebáceo, te lo voy a sacar’”, relató con gratitud. En apenas media hora, el problema quedó resuelto. La intervención fue rápida, precisa. “Me hizo una batería de estudios y el resultado es que hoy no tengo más el quiste”, explicó aliviada.
Aun bajo los efectos de la anestesia, Fernández compartió sus sensaciones con brutal honestidad. “El olor a podrido que tenía es impresionante y asqueroso”, dijo sin filtros. El dolor postoperatorio persiste, pero la angustia quedó atrás.
Fuente: Infobae
