La cancha de River fue el escenario del cierre para Argentina de La Última Noche Mágica Tour, la gira con la que la banda volvió al ruedo luego de la pausa que habían iniciado a mediados de 2016. Después de una pequeña aparición en Lollapalooza Argentina en medio del show solista de Chano, Tan Biónica dio dos shows en el estadio de Vélez y otro par en el Diego Maradona de La Plata.
Así las cosas, el estadio de mayor capacidad en la Ciudad de Buenos Aires se vistió de gala para la última función y a las 21 horas, puntual, comenzó a sonar por los parlantes la clásica intro de los shows biónicos: “Seven Nation Army” de The White Stripes. Luego, una música incidental y época, muy al estilo del grupo, fue la cortina para que uno a uno vayan subiendo a su lugar. El último en subir fue el cantante, con la mirada muy brillosa por la emoción. Y una vez que se acomodó, soltaron la primera de la noche: “Hola mi vida”.
El repertorio fue casi el mismo que vinieron haciendo en estas noches de regreso, mezclando canciones de todos sus álbumes y todas sus épocas, siempre motorizadas por esa precisión de relojería pop que caracteriza a la banda y con Chano entregando el alma en cada estrofa. Desde versiones renovadas de temas casi prehistóricos, como “Lunita de Tucumán”, hasta algunas de Hola Mundo, su hasta ahora último álbum, como “Tus horas mágicas” y “Las cosas que pasan”, preludiada por un emotivo discurso del cantante en el que quebró en llanto al decir que cada día intenta ser “mejor hermano, mejor hijo, mejor novio, pese a todo lo que ya saben que me pasó”.
“Todos los músicos que nacimos en Argentina soñamos en cantar alguna vez en River y esto es posible gracias a ustedes”, dijo el cantante, y en esa tónica convidó el escenario a distintos colegas. Primero, Ale Sergi y Juliana Gattas de Miranda!, quienes se sumaron a una versión electro de “Ella”. Luego, Abel Pintos hizo un interesante contrapunto con Chano en “Obsesionario en La Mayor”, una de las más emotivas del repertorio, y en la que el folclorista pop opuso su perfeccionismo vocal a la habitual interpretación con el corazón (roto) en la mano del líder.
























