El ataque se produjo hacia las 9 cerca de la basílica Notre-Dame, en pleno corazón de esta ciudad de la Riviera Francesa de poco más de 500.000 habitantes, que hace cuatro años fue blanco de un ataque yihadista que dejó 86 víctimas.
Dos de las víctimas son un hombre y una mujer que fueron asesinados dentro de la basílica.
La tercera víctima, gravemente herida, logró huir a un bar vecino, pero murió poco después, indicaron a la AFP fuentes policiales.
La fiscalía antiterrorista francesa abrió una investigación tras el ataque por «asesinato e intento de asesinato vinculado a una empresa terrorista» y «conspiración criminal terrorista».
El alcalde de Niza, Christian Estrosi, que se dirigió de inmediato al lugar del ataque, dijo que Francia debe actuar para «eliminar el islamofascismo» y pidió que todas las iglesias de la ciudad sean puestas bajo vigilancia policial o cerradas.
Mientras desde la Conferencia de Obispos de Francia (CEF) describieron como «incalificable» el ataque y dijeron que «los cristianos no deben convertirse en un símbolo a destruir».
