Uno de los lugares más misteriosos en el planeta es, sin dudas, Triángulo de las Bermudas, ubicado entre Miami, Bahamas y Puerto Rico, donde desaparecieron embarcaciones y aviones, entre otros sucesos extraños que ahora trata de explicar la NASA a partir de un nuevo hallazgo.
Según los científicos de la agencia espacial, el campo magnético de la Tierra tiene un punto débil «del tamaño de Estados Unidos continental» que se cierne sobre Sudamérica y el sur del océano Atlántico, difunde Clarin.com
Los especialistas de la NASA señalan, además, que estamos a salvo de los efectos en la Tierra, pero los satélites no tienen tanta suerte: cuando pasan por la anomalía son bombardeados con una radiación «más intensa que en cualquier otro lugar en órbita».
Esta anomalía, conocida como la Anomalía del Atlántico Sur (AAS), o «el Triángulo de las Bermudas del espacio» más coloquialmente, es una región que se sitúa en el punto donde el campo magnético de la Tierra es particularmente débil.
Esto significa que las partículas de los rayos cósmicos solares no son retenidas en el Triángulo de las Bermudas del mismo modo que en otras partes del planeta. Como resultado, los rayos solares se acercan hasta 124 millas a la superficie de la Tierra, en un rango de sondas en órbita terrestre baja (LEO).
John Tarduno, profesor de geofísica de la Universidad de Rochester, explicó: «No me gusta el apodo del Triángulo de las Bermudas, pero en esa región, la menor intensidad del campo geomagnético acaba provocando una mayor vulnerabilidad de los satélites a las partículas energéticas, hasta el punto de que podrían producirse daños en las naves espaciales al atravesar la zona.
«Así, los satélites que pasen por el Triángulo de las Bermudas experimentarán mayores cantidades de radiación hasta el punto de que podrían producirse daños, debido a una descarga o arco eléctrico», dijo Tarduno.
Normalmente, el campo magnético de la Tierra protege a una altura de entre 620 y 37.000 millas sobre la superficie del planeta, pero la baja altitud del punto caliente de radiación lo sitúa dentro de la órbita de ciertos satélites, que se ven bombardeados por protones que superan energías de 10 millones de electronvoltios.
En los primeros tiempos de la ISS, una estación espacial modular de tercera generación, la anomalía del Triángulo de las Bermudas bloqueaba los ordenadores de los astronautas, obligando a las agencias espaciales a apagar sus sistemas de a bordo.
Algunos astronautas informaron de que habían visto extrañas luces blancas parpadeando ante sus ojos, y desde entonces se han tomado medidas para protegerlos cuando atraviesan esta zona del planeta tierra.
Para los científicos de la NASA, Weijia Quang y Andrew Tangborn, la anomalía del Triángulo de las Bermudas se mueve hacia el este y crece de tamaño. Según sus cálculos, en cinco años podría incrementarse alrededor de un 10 por ciento en relación a los últimos valores registrados en 2019.