El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos trajo consigo la reactivación de su controvertida política arancelaria. Mientras el presidente Trump celebra la promesa de “repatriación de empleos”, un destacado analista tecnológico advertió sobre el posible impacto devastador en el precio de los iPhones.
Dan Ives, de Wedbush Securities, predice que la fabricación de iPhones en Estados Unidos, en línea con la agenda proteccionista de Trump, podría elevar su precio hasta los US$3.500. Esta cifra, más del triple del precio actual, refleja la complejidad de replicar la cadena de suministro global altamente eficiente que actualmente opera en Asia. Según Ives, incluso trasladar solo el 10% de esa cadena a Estados Unidos le costaría a Apple US$30.000 millones y tres años.
La decisión de Apple de manufacturar en Asia, con la especialización en diferentes países para la producción de componentes, ha sido vital para su éxito. Esta estrategia ha permitido precios competitivos y ha consolidado su posición dominante en el mercado. La actual administración, con su enfoque en la manufactura nacional, amenaza con desbaratar este modelo, generando consecuencias impredecibles para la economía.
El impacto en el mercado ya es palpable. Las acciones de Apple han sufrido una caída significativa desde la reelección de Trump, reflejando la incertidumbre en torno a los costos y la competitividad de sus productos. Otros analistas prevén un aumento de precio, aunque no tan dramático. Rosenblatt Securities estima un alza del 43%, mientras que Counterpoint Research proyecta un incremento del 30%, dependiendo del lugar de fabricación.
En un intento por mitigar el impacto, Apple está diversificando su producción, explorando alternativas en India y Brasil. Sin embargo, la capacidad de estos países para absorber la producción a gran escala necesaria para satisfacer la demanda mundial sigue siendo incierta. La situación coloca a Apple en una encrucijada, obligándola a equilibrar las presiones políticas con la necesidad de mantener la competitividad global.
El debate sobre el costo real de la política arancelaria de Trump continúa, dejando a los consumidores con la perspectiva de un futuro con iPhones potencialmente inaccesibles para muchos.
