Un estudio realizado por el Conicet anticipaba los motivos que podían favorecer las inundaciones en Bahía Blanca. Sin embargo, el gobierno decidió no tomar ninguna decisión. Investigadores afirman que es por «venganza».
Un trabajo de hidrografía urbana de Bahía Blanca publicado en la web del CONICET, indica que la ciudad se encuentra ubicada en la cuenca inferior del canal Maldonado y del arroyo Napostá, dos cursos de agua clave en el sistema de drenaje local. Debido a su ubicación en esta cuenca baja, las aguas se acumulan rápidamente en la ciudad ante lluvias intensas.
La geografía del terreno, de baja pendiente, agrava esta situación debido a que el escurrimiento generado en áreas más altas erosiona calles sin pavimento y transporta sedimentos hacia zonas bajas, bloqueando los sistemas de drenaje existentes.
Además, la expansión urbana desordenada contribuye a este problema al generar áreas impermeables y reducir espacios naturales de absorción, incrementando así el volumen de escorrentía superficial y dificultando el correcto drenaje del agua hacia el mar.
El informe había sido tomado como guía de prevención por las administraciones de Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández. Sin embargo, la gestión libertaria decidió omitir dichas alertas. Los investigadores sostienen que esta decisión forma parte de la «batalla cultural» del gobierno contra el prestigioso organismo.
