Los últimos registros de producción reflejaron que la formación shale aportó casi 91 millones de metros cúbicos por día. Un récord en sí mismo que marca el brutal salto productivo en comparación con el declino boliviano.
Durante casi dos décadas Argentina importó los 365 días del año gas natural desde Bolivia. Pero el acelerado desarrollo de Vaca Muerta llevó a que en estos momentos la producción del shale gas que se extrae de Neuquén más que triplique toda la producción que registran los yacimientos de Bolivia, un país en donde ya se plantea una «vuelta de la tortilla» para pasar a importar en un par de años gas argentino.
EnergíaOn realizó una comparación sobre los rendimientos en términos de producción de gas natural de Bolivia y de Vaca Muerta de los últimos años, con un resultado sorprendente. Mientras hace una década atrás el aporte del shale gas era incipiente, con apenas 600.000 metros cúbicos diarios, Bolivia tenía una producción fuerte, de 60,3 millones de metros cúbicos.
Hace tres años atrás, en 2022, el flujo de ambos puntos de comparación quedó cerca del equilibrio. Mientras la producción de gas natural de Vaca Muerta trepó hasta los 36,6 millones de metros cúbicos -tomando como dato los registros de agosto- la producción de Bolivia ya había bajado hasta los 42,1 millones de metros cúbicos diarios.
El gas de Vaca Muerta a Brasil y Bolivia
A principios de este año se dieron las primeras exportaciones de gas argentino, puntualmente de Vaca Muerta, que recorrió las redes de Bolivia para llegar a clientes de Brasil, el gran mercado comprador de Sudamérica.
El exministro de Hidrocarburos de Bolivia, destacó en este sentido «los esfuerzos que está haciendo TGN –Transportadora Gas del Norte- para, contractualizar gas en Argentina con las termoeléctricas, contractualizar gas en el norte de Chile, contractualizar gas en Bolivia y contractualizar gas en el mercado brasileño».
Fuente: Rio Negro.
