Tuvo la despedida que quería, como quería y con quienes quería. Después de un largo tiempo de planificación, Juan Román Riquelme tuvo su partido de despedida en la Bombonera, junto a invitados de lujo, tanto dentro como fuera de la cancha: Leo Messi, Lionel Scaloni, Ángel Di María, Leandro Paredes, Pablo Aimar, Javier Saviola, Fernando Gago, Óscar Córdoba, Jorge Bermúdez, Mauricio «Chicho» Serna, Raúl Cascini, Marcelo Delgado, Sergio «Manteca» Martínez, José Pekerman, Carlos Bianchi, Alfio «Coco» Basile, entre otras figuras cercanas a su carrera.
El «partido despedida» terminó en un 5-3 de Boca sobre los de la Selección, aunque el juego en sí fue anecdótico. Los momentos más conmovedores estuvieron en las reacciones de la hinchada al ver a los ídolos entrar al campo de juego o el momento en que Riquelme -actual vicepresidente del club- jugó junto a Agustín, su hijo, sobre el final del partido.
Tuvo la despedida que quería, como quería y con quienes quería. Después de un largo tiempo de planificación, Juan Román Riquelme tuvo su partido de despedida en la Bombonera, junto a invitados de lujo, tanto dentro como fuera de la cancha: Leo Messi, Lionel Scaloni, Ángel Di María, Leandro Paredes, Pablo Aimar, Javier Saviola, Fernando Gago, Óscar Córdoba, Jorge Bermúdez, Mauricio «Chicho» Serna, Raúl Cascini, Marcelo Delgado, Sergio «Manteca» Martínez, José Pekerman, Carlos Bianchi, Alfio «Coco» Basile, entre otras figuras cercanas a su carrera.
El «partido despedida» terminó en un 5-3 de Boca sobre los de la Selección, aunque el juego en sí fue anecdótico. Los momentos más conmovedores estuvieron en las reacciones de la hinchada al ver a los ídolos entrar al campo de juego o el momento en que Riquelme -actual vicepresidente del club- jugó junto a Agustín, su hijo, sobre el final del partido.
El club de la Ribera le entregó placas a los líderes de la Scaloneta por haber conseguido la tercera estrella. La ovación fue constante, también durante el discurso de Juan Román:
«Primero quiero agradecer a los entrenadores que tuve en este club, a los compañeros que tuve en este club. Me han hecho muy feliz, me han ayudado, me han hecho disfrutar. Han hecho que yo le caiga bien a todos ustedes.
Yo llegué en el ’96. Tuve la suerte de que el 10 de noviembre del ’96 entré en una película, en la más linda que le puede pasar a una persona. Yo soñaba de chiquito con ser futbolista. Cuando corría en Don Torcuato, quería ser el Beto Márcico, Maradona, el ‘Manteca’ Martínez. Después los tuve de compañeros y me han hecho muy pero muy felices.
Hoy vinieron los compañeros de la Selección a quienes de verdad no tengo más que decirles ‘muchas gracias’… De verdad que los jugadores de la Selección se pasaron: terminaron de jugar hace muy poquito, han hecho un viaje muy pero muy largo. Desde el primer día que les dije que iba a hacer la fiesta me dijeron que sí. El cuerpo técnico de la Selección también. Y todos los demás son gente que yo quiero mucho, que me ha ayudado mucho. Que me han hecho disfrutar de jugar en la Selección con todos ellos… Espero que lo hayan pasado muy bien.
José (Pekerman), usted de chiquito fue mi entrenador y me ha ayudado mucho. De verdad, muchísimas gracias, lo quiero mucho. Espero que sea muy feliz usted y toda la familia.
Ahora el ‘Coco’ (Basile), me tocó el hombre más lindo de esta noche, con esa barba y con esa gorra. Me ha enseñado como deportista pero me ha enseñado mucho más como persona, como es la vida. Lo quiero mucho, Coco. Me costó mucho encontrarlo, muchísimas gracias.
Y después, acá el señor que llegó en el ’98 (Carlos Bianchi). Vení, vení.. Cantá conmigo, que un amigo vas a encontrar.. Usted llegó en el ’98 y usted es el culpable de que todos los bosteros nos pensemos que ganar la Libertadores es fácil. La culpa es toda suya. Que la gente nos tenga cariño a todos nosotros es porque el señor nos enseñó a competir, nos enseñó a intentar ser los mejores. Así que solamente tengo que decirle ‘gracias’, que lo quiero mucho, que me siento parte de su familia, sé usted me quiere mucho. Beso grande a Margarita, que sé que está por ahí arriba. Lo quiero.
Después vuelvo para atrás. El fútbol me ha dado todo en mi vida. Yo soñaba con comprar la casa para mi mamá, nada más que eso. El 10 de noviembre debuté en esta cancha contra Unión de Santa Fe y ustedes me trataron de maravilla. Desde el primer partido hasta el último tuve la suerte de que me han ovacionado y eso es maravilloso.
Pasaron muchas cosas durante mucho tiempo pero he sido un afortunado porque me tocó jugar con el más grande que yo vi de chiquito, que fue Maradona. Hoy es un día maravilloso para todos los bosteros porque podemos disfrutar. Para mí… Dame el agua, a ver si podemos seguir. Fui afortunado porque de chiquito fue lo más grande que yo vi, creo que todos los argentinos. Luego pasó el tiempo, me fui poniendo más viejo y tuve la suerte de jugar con alguien que es increíblemente grande. No sé si es más grande que Maradona, no sé si es menos que Maradona, pero son los dos más grandes que yo vi en mi vida. Eso es maravilloso de tenerlo hoy acá…
Sé, Enano (Leo Messi), que tenías que ir de vacaciones. Le pido disculpas a tu familia, que tuviste que quedarte un par de días más. Agradecido porque, hace muchos años, cuando te dije que quería hacer un partido siempre me dijiste que sí y, de verdad, para todos los bosteros, tener la suerte de tenerte acá, eso es inolvidable. Mandale un beso a tu viejo, que está por ahí arriba. Espero que lo hayas pasado muy bien. Te quiero mucho.
Y para, a ver si puedo seguir, si puedo terminar, vuelvo a repetirles que el 10 de noviembre entré en una película, que yo de chiquito soñaba con ser futbolista, nada más. La vida me dio demasiado. Yo no puedo recibir tanto cariño de todos ustedes. La verdad es que el fútbol me dio demasiado. Mi papá me hizo bostero, como todos ustedes. Sé que me voy a morir igual que ustedes, como todos, bosteros. Eso es maravilloso para mí. Solamente, decirles ‘gracias’. Cada día que me levanto, cada día que me voy a dormir, solamente miro al espero y le pido a Dios que podamos seguir teniendo esta relación, este respeto. Yo, sin ustedes, no podría vivir. Esa es la verdad. Los quiero mucho, les mando un beso muy grande. Muchísimas gracias.»
