El Gobierno nacional presentó en Río Cuarto los primeros seis aviones de combate F-16 adquiridos a Dinamarca, parte de una compra total de 24 aeronaves por unos 300 millones de dólares. El presidente Javier Milei encabezó el acto y definió la llegada de los cazas —tecnología desarrollada en los años ’70— como “un día histórico” para el país, pese a que la inversión llega en plena etapa de recortes en sectores sociales, sanitarios y educativos.
Durante el evento, Milei celebró la demostración aérea que sobrevoló Río Cuarto, la Casa Rosada y regresó a la base militar, y sostuvo que los nuevos aviones serán “los custodios del espacio aéreo argentino”. También afirmó que los gobiernos anteriores “dejaron al país indefenso” y que su administración busca “reconstruir” el sistema de defensa.
El Presidente agradeció al ex ministro Luis Petri, quien viajó a Dinamarca para firmar el acuerdo y calificó la compra como “la más importante desde 1983”. Milei anunció además que el Ministerio de Defensa quedará a cargo del Teniente General Carlos Alberto Presti y defendió su designación ante las críticas opositoras.
En su discurso, el mandatario volvió a cuestionar al kirchnerismo, al que acusó de “demonizar” a las Fuerzas Armadas durante dos décadas. Sostuvo que su gestión pretende reinstalar una visión de soberanía basada en una economía fuerte y en capacidades militares que permitan “disuadir amenazas”.
La compra de los aviones —que tienen más de 40 años de desarrollo y operatividad en otros países— se convirtió en motivo de debate público debido al contexto económico: mientras el Gobierno considera la inversión como prioritaria y estratégica, sectores críticos remarcan el contraste entre el gasto millonario y los recortes en áreas sensibles que afectan directamente a los sectores más vulnerables.






















