A 48 años del golpe de Estado que instauró la dictadura cívico-militar en Argentina, la memoria colectiva recuerda con dolor la «Noche de los Lápices», un hecho que simboliza la brutalidad del terrorismo de Estado.
El 16 de septiembre de 1976, un grupo de secundarios fue secuestrado en La Plata por la Policía de la Provincia de Buenos Aires. La mayoría de ellos militaba en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y en la Juventud Guevarista, ambas organizaciones de izquierda.
Si bien la lucha por el Boleto Estudiantil Secundario, obtenida en 1975, se convirtió en un símbolo de la represión, Emilce Moler, una de las sobrevivientes, aclara: «Lo predominante era atribuir aquel operativo a la lucha por el Boleto Estudiantil Secundario. Esa movilización fue muy importante, pero había ocurrido con anterioridad, en 1975, y a nosotros nos detuvieron por ser militantes de la UES, nunca me preguntaron por el boleto escolar».
De aquellos estudiantes, seis continúan desaparecidos: Claudia Falcone (16 años), Francisco López Muntaner (16 años), María Clara Ciocchini (18 años), Horacio Ungaro (17 años), Daniel Racero (18 años) y Claudio de Acha (18 años). Gustavo Calotti, Emilce Moler, Patricia Miranda y Pablo Díaz también fueron secuestrados, pero son los únicos sobrevivientes del hecho.
La «Noche de los Lápices» se convirtió en un símbolo de la persecución y la violencia que sufrieron los jóvenes durante la dictadura. En conmemoración a ese día, desde el 2014, cada 16 de septiembre se celebra el Día Nacional de la Juventud, recordando a las víctimas y luchando por la memoria, la verdad y la justicia.