El equinoccio de marzo marca el inicio de una nueva estación en el planeta. Este fenómeno astronómico ocurre cuando el Sol se posiciona exactamente sobre el Ecuador terrestre, lo que provoca que el día y la noche tengan una duración prácticamente igual en todo el mundo.
Este año el equinoccio tuvo lugar en la jornada de este jueves 20 de marzo a las 6:01 de la mañana en Argentina. Astronómicamente, comienza la estación del otoño, que terminará con el solsticio de invierno.
El evento no solo define el cambio de estación, sino que también tiene implicancias en la distribución de la luz solar y por lo tanto se modifica la temperatura global.
Durante el equinoccio, la Tierra se encuentra en una posición particular en su órbita alrededor del Sol. Esto hace que los rayos solares incidan de manera perpendicular sobre el ecuador, lo que genera una distribución más uniforme de la luz en ambos hemisferios.
Como resultado, se da un equilibrio temporal entre las horas de luz y oscuridad, que luego se modifica a medida que la Tierra se aparta de esa posición en la órbita. Hace que los días sean más cortos y las noches más largas en el hemisferio sur.
A nivel cultural y climático, el equinoccio de marzo representa una transición. En muchas regiones, las temperaturas comienzan a descender, las hojas de los árboles adquieren tonos rojizos y dorados antes de caer, y las actividades diarias se ajustan a los nuevos horarios de luz. Aunque popularmente se asocia el inicio del otoño con una fecha fija, su comienzo astronómico varía cada año levemente.
Los equinoccios ocurren en marzo y septiembre, marcando el inicio del otoño y la primavera en cada hemisferio. La fecha y hora exacta de cada equinoccio cambian cada año debido a que la órbita de la Tierra no es perfectamente circular, lo que provoca variaciones en su velocidad de traslación.
El otoño comienza con el equinoccio porque este evento marca el momento en que el Sol cruza el ecuador celeste hacia el hemisferio norte.
A partir de ese punto, los días empiezan a ser más cortos y las noches más largas en el hemisferio sur. Este cambio en la duración del día y de la noche es gradual y continúa hasta el solsticio de junio, cuando comienza el invierno.
La duración del día y la inclinación de la Tierra afectan directamente las estaciones. Durante el equinoccio de marzo, el hemisferio sur recibe cada vez menos luz solar, lo que provoca un descenso progresivo de las temperaturas.
Fuente: Infobae
