El aumento en el precio de los combustibles, que en el caso de las naftas “grado 2″ y computado al tipo de cambio oficial llevó los precios locales ya por encima del que tienen en países vecinos como Brasil, Bolivia y Paraguay y en el caso del gasoil “grado 2″ superara también el precio en Chile y quedara muy cerca del precio en Uruguay, que tiene los precios de combustibles más altos de la región, provocó una generalizada caída del consumo.
El precio de los combustibles aumentó fuertemente respecto de los precios que tenían hasta diciembre pasado. Ese aumento y la recesión que atraviesa la economía hizo que en el período enero-mayo la demanda de nafta haya caído 2% en el caso de la variedad súper y 22% en el de la premium.
La caída abarcó a todos los distritos de la Argentina, excepto la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que en el acumulado de consumo de los primeros cinco meses del año tuvo un aumento del 7,9%, contra caídas de dos dígitos en varias provincias de la Argentina, llegando al extremo de una retracción del 29% en el caso de Misiones, por dos factores: se trata de la provincia con los precios de los combustibles más caros del país y, además, debido a los aumentos, registró el colapso de demanda de automovilistas de países vecinos, que antes cargaban de este lado de la frontera, por la fuerte diferencia que había respecto de los precios en sus respectivos países.
El informe de Economía y Energía precisa, por caso, que la demanda de combustibles en Puerto Iguazú cayó un estruendoso 50% y en la capital misionera, Posadas, un también impresionante 36 por ciento. Ambas localidades lindan con Paraguay y Brasil. Otra muestra del efecto frontera es la demanda de combustibles en las estaciones de servicio de Clorinda (Formosa), vecina a Paraguay, en las cayó aún más: 60 por ciento.
Tomando las ventas por región, en el caso del gasoil estás cayeron en todo el país, excepto en la Patagonia.
Fuente: Infobae