El regreso de los créditos hipotecarios al mercado inmobiliario ha despertado un gran interés en la sociedad, especialmente en un contexto de déficit habitacional, alquileres elevados y desaceleración de la inflación. A pesar de experiencias pasadas, muchas personas ven en estos préstamos una oportunidad para acceder a la vivienda propia.
Sin embargo, es importante tener en cuenta diversas variables al considerar un préstamo hipotecario ajustado por inflación (UVA). En primer lugar, se establece una relación máxima entre la cuota del crédito y los ingresos comprobables del grupo familiar, que no puede superar el 25%. Además, para destinar el préstamo a la compra de una vivienda, se requiere contar con un ahorro previo, ya que los bancos solo prestan hasta el 75% del valor de la propiedad.
En cuanto a los plazos, se pueden solicitar créditos a 10, 15 o 20 años, con un monto máximo prestable de $250 millones. Según un ejercicio realizado por el Banco Ciudad, para un crédito de $50 millones a 10 años, se requiere un ingreso familiar de casi $2,2 millones y una cuota inicial de $543.452. Si se extiende el plazo a 15 años, los ingresos necesarios bajan a $1,6 millones y la cuota a $409.367. Para un plazo de 20 años, el ingreso necesario es de $1,4 millones y la cuota mensual comienza en $344.769.
En el caso de un préstamo de $100 millones a 20 años, la familia deberá acreditar ingresos por $2,8 millones y la cuota mensual sería de $689.520.
Hasta el momento, los bancos Ciudad e Hipotecario son los más avanzados en ofrecer estos créditos, y ya están recibiendo inscripciones a través de sus plataformas digitales. Otros bancos provinciales, como el de Corrientes, también ofrecen estas líneas, y el Banco Supervielle anunció recientemente los detalles de su nueva línea. El ICBC tiene previsto lanzar su oferta en los próximos días.