Luciano Martins, especialista en Inteligencia de Amenazas y Respuesta a Incidentes Informáticos, compartió recientemente su experiencia de haber superado el cáncer de mama con Télam-Confiar. Reveló que había estado experimentando síntomas durante un año y medio, pero nunca sospechó que podría tratarse de cáncer de mama, ya que existe una falta de conciencia en la sociedad de que esta enfermedad también puede afectar a los hombres.
En 2021, durante uno de sus viajes de trabajo, Luciano, quien ahora tiene 45 años, notó por primera vez una línea en su pezón derecho en una foto que se tomó en la playa. Meses después, su pezón comenzó a hundirse, pero lo atribuyó a su peso. Solo cuando notó una costra en el pezón hundido decidió buscar consejo médico.
En ese momento, Martins, ya un profesional de TI exitoso que había viajado más de 1,3 millones de millas y era padre de tres hijos, desconocía que los hombres podían desarrollar cáncer de mama:
«Estuve un año y medio con síntomas pero jamás sospeché que podía ser cáncer de mama», aseguró.
La prevalencia de esta condición en hombres es muy rara, con menos del 1% de los casos de cáncer de mama diagnosticados en hombres.
El diagnóstico tardío es común en hombres con cáncer de mama, lo que resulta en un tratamiento demorado y posiblemente peores resultados. Esto se puede atribuir a la falta de conciencia de que los hombres pueden desarrollar cáncer de mama y la vergüenza que sienten algunos hombres al tener síntomas en el pecho.
Los síntomas que Luciano experimentó se alinean con los comúnmente asociados con el cáncer de mama en hombres, incluyendo bultos o engrosamiento indoloros en el tejido mamario, cambios en la piel que cubre el seno (como hundimientos, arrugas, enrojecimiento o descamación), cambios en el pezón (enrojecimiento, descamación o inversión), hundimiento del pezón y secreción.
Al notar el último síntoma, Luciano decidió buscar atención médica. Visitó una sala de emergencias y se sometió a una mamografía y una ecografía mamaria el mismo día. Los resultados revelaron un tumor de tres centímetros y se necesitaron más pruebas para determinar su naturaleza.
Después de recibir el diagnóstico, Luciano comenzó su viaje de tratamiento. Consultó con un cirujano de mama que recomendó quimioterapia seguida de la extirpación del tumor. Se sometió a cuatro sesiones de quimioterapia intensiva y una sesión de quimioterapia más suave.
Luciano enfatiza que la percepción de la quimioterapia como una experiencia debilitante no siempre es precisa. La experiencia de cada persona es única, y aunque algunos pueden tener efectos secundarios graves debido a una enfermedad avanzada o factores individuales, otros pueden tolerar bien el tratamiento. Luciano atribuye su experiencia positiva al apoyo de su equipo médico, que le proporcionó medicación para controlar los efectos secundarios y le ofreció consejos dietéticos para mantener los niveles de energía.
Durante el tratamiento, Luciano experimentó alteraciones en el sentido del gusto, pasó largas horas en el hospital recibiendo quimioterapia intravenosa y se sintió más fatigado de lo habitual. Cuando su cabello comenzó a caerse, decidió afeitarse la cabeza, involucrando a sus hijos en el proceso para normalizar la situación.
Luciano reconoce que la percepción y la experiencia del cáncer varían entre las personas y pueden estar influenciadas por factores como el bienestar personal y los recursos económicos. Se sometió a una cirugía exitosa para extirpar el tumor, junto con 19 ganglios linfáticos. El proceso de recuperación fue incómodo debido a los tubos de drenaje y la posterior radioterapia preventiva, ya que el tumor había tocado la piel.
Después de completar la quimioterapia inicial, el cabello de Luciano volvió a crecer y sus sensaciones de gusto volvieron a la normalidad.
Fotos: Pablo Añeli.
Con información de Télam
