A partir del primero de febrero, el Gobierno ha anunciado que descongelará un impuesto que afecta directamente el precio de la nafta y el gasoil, lo que resultará en un nuevo aumento en los surtidores. Los tributos en cuestión son el impuesto al combustible líquido (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), los cuales se encontraban congelados desde julio de 2021. Fuentes oficiales han confirmado esta medida a Infobae, aclarando que la actualización no se realizará de una sola vez, sino de manera gradual.
Este proceso de descongelamiento es fundamental para la recaudación del Tesoro nacional y de las provincias. Mientras tanto, las petroleras están evaluando en estos momentos la magnitud de los incrementos para los próximos meses, basándose en tres variables: la devaluación del tipo de cambio oficial, el precio del barril Brent y el precio de paridad de importación del crudo. Estos cambios, en conjunto, resultarán en un aumento en el precio de los combustibles a partir del 1ro de febrero, estimándose que oscilará entre el 7% y el 10%, según los cálculos realizados por despachos oficiales y el sector privado.
En detalle, los impuestos al combustible se actualizan en función de la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del trimestre anterior, de acuerdo con la normativa vigente desde 2018. Estos impuestos han sido prorrogados de manera continua desde mediados de 2021, y el último congelamiento vence este jueves. Sin embargo, la Secretaría de Energía, a cargo de Eduardo Rodríguez Chirillo, espera que la recomposición de los precios se realice de forma gradual, considerando los fuertes incrementos acumulados en los últimos meses.
En concreto, se busca recomponer el impuesto al combustible en proporción a una parte del retraso, lo que resultará en un aumento de entre el 3% y el 5%, dependiendo de la bandera. Esto implica que se recuperarán entre tres y cinco de los nueve trimestres en los que el tributo estuvo congelado. La próxima oportunidad para recuperar los períodos restantes será en mayo.
