Wilber Portillo, oriundo de El Salvador, tenía 18 años cuando falleció de COVID-19. La familia del joven que residía en Denver, Estados Unidos, quiso dar a conocer lo que le ocurrió con el fin de generar conciencia sobre los riesgos que puede ocasionar la enfermedad. En diálogo con People, Óscar Castillo, su tío, contó que era sano y que vendía artículos deportivos. La primera vez que se contagió fue luego de asistir a un viaje de negocios.
Si bien estuvo algunas semanas con síntomas leves como fiebre y dolor corporal, se recuperó rápidamente. Sin embargo, al mes siguiente estuvo como invitado en una fiesta a la que asistieron personas asintomáticas que portaban el virus.
Volvió a sentirse mal y se dirigió al médico. Luego de un análisis, le dijeron que tenía “una infección muy fuerte en los pulmones”, por lo que le sugirieron descansar y tomar algunos remedios. Finalmente, falleció mientras estaba durmiendo. La autopsia lanzó que había estado nuevamente infectado.
“Es un poco difícil saber que ya no existe físicamente”, expresó su familiar. Además, por medio de GoFundme su familia inició una campaña para recolectar fondos y así poder trasladar sus restos a su país de origen. “En nombre de la familia de Wilber, queremos que lo recuerden por el alma feliz que era. Su familia y amigos saben que Wilber tenía una perspectiva positiva de la vida”, escribieron.
