En la más austral de las bases antárticas argentinas, a 1.300 kilómetros del Polo Sur, se instaló una cúpula automatizada. En el verano 2023 se montará allí el telescopio que gozará de una ubicación privilegiada en el planeta.
El Observatorio Robótico Antártico Argentino, ubicado en la Base Belgrano II, la más austral de las bases antárticas argentinas, completó la instalación de su cúpula automatizada, desde donde se aprovechará la noche polar para estudiar exoplanetas y otros cuerpos celestes, que son de difícil acceso desde otras latitudes.
Las tareas se llevaron adelante durante la visita a esa base del rompehielos Almirante Irízar, que todos los veranos aprovecha una ventana climática entre la segunda quincena de enero y la primera de febrero que le permite navegar un canal que se abre entre la barrera de hielo y el mar congelado para acercarse hasta unas 15 millas del emplazamiento. Allí se detiene en el hielo y completa el abastecimiento y recambio de personal a través de helicópteros.
En la instalación participaron ingenieros, técnicos de la Dirección Nacional del Antártico (DNA) y efectivos del Comando Conjunto Antártico (Cocoantar) de las Fuerzas Armadas.
Andrés Millanovich, ingeniero mecánico y docente de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (FIUBA), viajó a Belgrano II como responsable del montaje y la puesta en marcha de la cúpula del observatorio junto al estudiante de ingeniería Alejo Adbud. En esa tarea contaron con la colaboración del personal de la DNA y efectivos del Comando Conjunto Antártico.
La cúpula automatizada pesa poco más de una tonelada y media. Dos personas la acompañaron en el viaje para poder armarla mientras el ‘Irízar’ completaba el abastecimiento.
Melita, que es doctor en física e investigador del IAFE, dijo a Télam que «las ubicaciones polares tienen ventajas importantes para la astronomía».
«En la Antártida hay regiones donde el régimen climático es de los más estables en el planeta, con muy poco viento, las bajas temperaturas disminuyen el ‘ruido’ en los detectores y de acuerdo a la latitud en la que nos paremos podemos disponer de seis meses de día y seis meses de noche», añadió.
Y sostuvo: «Este proyecto aprovecha la disponibilidad logística de Argentina para operar desde la base antártica Belgrano II, que está ubicada a apenas 17 grados del Polo Sur, desde donde se puede monitorear la región del espacio visible con mucha regularidad, algo que para los observatorios ubicados más al norte es más complejo, porque sus latitudes le dan menos tiempo de acceso».
La Base Belgrano II está ubicada en el Nunatak (un pico montañoso rodeado de hielo) Bertrab, en bahía de Vahsel, sobre la costa Confín en la Tierra de Coats, y a nivel internacional es la más austral asentada sobre tierra firme.
La región se caracteriza por tener cuatro meses de noche polar y cuatro meses de día, en la que las temperaturas pueden alcanzar decenas de grados bajo cero con vientos de hasta 200 kilómetros por hora.
