Marco Bahamonde, un talentoso futbolista chileno, dejó una huella en el fútbol argentino al desembarcar en Boca Juniors en el año 1998, cuando Carlos Bianchi era el líder del equipo. A pesar de su juventud, Bahamonde tuvo la oportunidad de jugar en la Quinta División del club, por la cual se pagaron 100 mil dólares en ese entonces.
En el año 2000, Bahamonde fue considerado por Bianchi y tuvo el honor de lucir la icónica camiseta número 10 en un amistoso contra River Plate, que terminó con una victoria para Boca Juniors. Sin embargo, debido a las restricciones de cupo de extranjeros, Bahamonde quedó sin lugar en el equipo y su carrera comenzó a declinar rápidamente.
A los 24 años, Bahamonde tuvo que tomar la difícil decisión de alejarse del fútbol profesional debido a varias lesiones, incluyendo una luxación de tobillo que lo mantuvo fuera de las canchas durante un año. El regreso al fútbol chileno no fue fácil, ya que las lesiones y la falta de regularidad afectaron su rendimiento.
“Tuve varias lesiones y al regresar subí mucho de peso, lo que dificultó mi recuperación y no pude alcanzar la regularidad que deseaba”, reveló Bahamonde en una entrevista con el diario La Nación.
Después de su retiro del fútbol, la vida de Bahamonde tomó un rumbo completamente diferente. Trabajó como vendedor de zapatillas en una reconocida empresa y posteriormente adquirió un camión para realizar repartos y fletes en su ciudad natal, Osorno. Actualmente, se desempeña como empleado en una empresa de control de plagas en edificios, donde viaja a diferentes ciudades para realizar fumigaciones y control de roedores.
Bahamonde reconoce que su carrera futbolística fue fugaz, pero está satisfecho con su nueva trayectoria laboral. “Mi ascenso fue rápido, al igual que mi descenso. La vida me llevó por otro camino y estoy contento con mi trabajo actual”, concluyó.
