La noticia del fallecimiento del Papa Francisco conmocionó al mundo este lunes. Tiempo atrás, en una entrevista al medio Infobae, el sumo pontífice había reflexionado sobre la muerte con una sorprendente serenidad.
«Que al menos la vea venir», confesó Francisco sobre el momento final de la vida. Con voz firme y sin temor, el Papa aseguró que no le tenía miedo a la muerte, pero sí a «ser agarrado inconsciente». Recordó una operación riesgosa a la que se había sometido y cómo le había pedido al Señor que no lo encontrara inconsciente.
«Dicen que es raro que exista el miedo a la muerte, el miedo es verla venir», declaró con una sonrisa cómplice. Sin embargo, sobre el momento posterior a la muerte, Francisco afirmó: «Debe haber una luz muy grande, una felicidad muy grande. Un camino muy grande en el camino del encuentro con Dios». «Yo creo que Dios hasta último momento, espera y ayuda», concluyó.
Pese a su delicado estado de salud, el Papa dirigió ayer domingo la tradicional bendición «Urbi et Orbi» desde el balcón de la basílica de San Pedro durante la celebración de Pascua. Lo hizo en silla de ruedas y sin las cánulas nasales para el oxígeno, generando una ovación entre los fieles que se congregaron en la plaza. Este gesto fue interpretado como fortaleza espiritual, a pesar de las visibles secuelas de su enfermedad.
