En un Aula Magna de la Facultad de Derecho de la UBA teñida de verde, el color distintivo de su campaña, Leandro Santoro, candidato a legislador porteño por “Es Ahora Buenos Aires”, cerró su campaña electoral con un discurso que combinó crítica al oficialismo, defensa de la educación pública y un llamado a la unidad contra la “crueldad” que, según él, representan el PRO y La Libertad Avanza (LLA). Acompañado por Claudia Negri, vicedecana de la Facultad de Medicina, y referentes del peronismo porteño, Santoro celebró estar “cerca de lograr lo que hace mucho tiempo atrás parecía imposible” en un distrito históricamente adverso al peronismo.
Una carrera política forjada en la adversidad
Leandro Santoro, de 49 años, es un nombre conocido en la política porteña, pero su trayectoria no siempre estuvo alineada con el peronismo. De origen radical alfonsinista, comenzó su carrera en los círculos de la UCR, pero su evolución lo llevó a convertirse en una figura clave del kirchnerismo porteño. Su primer gran salto fue en 2017, cuando ocupó una banca en la Legislatura porteña, un rol que desempeñó hasta 2021. Durante ese período, Santoro se destacó por su capacidad de articular críticas al macrismo mientras construía puentes con sectores progresistas y radicales.
En 2021, encabezó la lista de diputados nacionales por el Frente de Todos, consolidando su liderazgo en el peronismo porteño. Sin embargo, su momento de mayor exposición llegó en 2023, cuando compitió como candidato a jefe de gobierno de la Ciudad por Unión por la Patria (UP). A pesar de obtener un 32,2% de los votos y quedar segundo detrás de Jorge Macri, Santoro decidió no presentarse al balotaje por orden de Sergio Massa, una decisión que generó críticas dentro de su espacio y que aún resuena como un punto de inflexión en su carrera.
Esa experiencia, lejos de debilitarlo, parece haber fortalecido su figura. Santoro aprendió a navegar las complejidades de un distrito donde el peronismo nunca ha gobernado y donde el PRO ha dominado durante 18 años. Su campaña de 2025, bajo el lema “Es Ahora Buenos Aires”, refleja una estrategia madura: evitar internas peronistas, polarizar con el macrismo y LLA, y apelar a sectores independientes y anti-Milei con un discurso centrado en la solidaridad y la defensa de los sectores más vulnerables, como jubilados y estudiantes.
El cierre de campaña: un mensaje contra la “crueldad”
El acto en la Facultad de Derecho no fue solo un cierre de campaña, sino una declaración de intenciones. Santoro apuntó al corazón de la gestión del PRO, criticando el “abandono” de la Ciudad en temas como limpieza, seguridad y obra pública. También arremetió contra LLA, representada por el candidato Manuel Adorni, a quien acusó de encarnar un modelo “hiperindividualista” que celebra el desmantelamiento del Estado. Su spot de campaña, en el que desarma una motosierra –símbolo de los recortes de Milei– en escenarios como un centro de jubilados y el Hospital Garrahan, se volvió viral y resumió su mensaje:
“Paremos con la crueldad”.
La elección del lugar no fue casual. La UBA, afectada por los recortes presupuestarios del gobierno nacional, sirvió como telón de fondo para reforzar su defensa de la educación pública y su conexión con los jóvenes. “El proyecto que hoy está en crisis es el que nos hace pensar que el Gobierno de la Ciudad es un amigo que solo aparece cuando las cosas salen bien”, sentenció, en una crítica directa a la gestión de Jorge Macri.
La campaña de Santoro se destacó por su enfoque digital y de bajo costo. En lugar de grandes actos, priorizó videos en redes sociales, recorridas puntuales por barrios y un mensaje claro: la Ciudad necesita un cambio tras casi dos décadas de macrismo. “No hay clima de campaña tradicional”, aseguraron desde su entorno, confiando en que la instalación de su nombre y la fragmentación del voto antiperonista juegan a su favor.
Posibilidades de triunfo: un escenario abierto pero favorable
A días de las elecciones del 18 de mayo, las encuestas posicionan a Santoro como favorito, aunque con un margen estrecho. Según un sondeo de Tendencias, lidera con un 28%, seguido por Adorni (LLA) con 22,5% y Silvia Lospennato (PRO) con 20,8%. Proyección, otra consultora, lo coloca con 24,6%, apenas dos puntos por encima de Adorni (22,8%) y cinco sobre Lospennato (19,7%). Sin embargo, algunas encuestas, como la de Equipo Mide, muestran a Adorni liderando por un punto (20% contra 19%), lo que refleja la paridad del escenario.
La fortaleza de Santoro radica en varios factores. Primero, la división del voto antiperonista entre el PRO, LLA y otras listas como la de Horacio Rodríguez Larreta (Volvamos Buenos Aires) y Ramiro Marra (Libertad y Orden) diluye la hegemonía macrista. Segundo, su alto nivel de conocimiento y su discurso moderado le permiten captar a votantes independientes y descontentos con el ajuste de Milei. Tercero, el peronismo porteño, aunque históricamente débil en CABA, logró unificar a sus distintas vertientes bajo “Es Ahora Buenos Aires”, evitando roces internos.
Sin embargo, los desafíos no son menores. La Libertad Avanza, con el respaldo de Milei, ha ganado terreno, y Adorni capitaliza la polarización “kirchnerismo vs. antikirchnerismo”. Por su parte, Lospennato, apoyada por Mauricio y Jorge Macri, busca consolidar el voto tradicional del PRO. Las encuestas sugieren que el ganador podría definirse por uno o dos puntos, y el margen de error mantiene la incertidumbre.
Un momento histórico para el peronismo
El cierre de campaña de Santoro no solo marcó el fin de una carrera electoral, sino también la posibilidad de un hito para el peronismo porteño. Ganar en CABA, un bastión macrista, sería un golpe político con repercusiones nacionales, especialmente de cara a las elecciones de 2027. “Hay olor a fin de ciclo en la Ciudad”, afirmó Santoro en una entrevista reciente, señalando el “agotamiento” del PRO tras 18 años de gobierno.
Con una lista que combina figuras nuevas como Claudia Negri y referentes históricos como Juan Manuel Olmos, Santoro apuesta a renovar el peronismo porteño sin perder su base. Su discurso final, centrado en la solidaridad y la resistencia al modelo libertario, resonó entre los presentes, que lo despidieron con cánticos y la esperanza de un triunfo el domingo.
En una ciudad que combina sectores reaccionarios y solidarios, como él mismo describió, Santoro se presenta como la opción para quienes buscan un cambio. El 18 de mayo, los porteños decidirán si su mensaje logra romper con la hegemonía amarilla o si el PRO y LLA mantienen su dominio. Por ahora, las urnas están abiertas, y Santoro parece estar más cerca que nunca de hacer historia.
