El estudio, realizado por The Journal of Social Psychology, encontró que las personas heterosexuales tenían más probabilidades de encontrar atractivos a miembros del mismo sexo después de consumir alcohol.
La investigación se llevó a cabo a través de un test de alcoholemia con 83 adultos heterosexuales, a los que se les preguntó cuánto alcohol habían consumido.
A continuación, se les mostraron a los participantes vídeos de personas (tanto del sexo opuesto como del mismo sexo) bebiendo en un bar y hablando con un camarero.
Después del clip, a los participantes se les hicieron una serie de preguntas sobre las personas que aparecían en el vídeo, desde si les comprarían una bebida hasta si tendrían sexo con ellas.
La sorpresa fue al descubrir el efecto potenciador que tenía el alcohol sobre la belleza, tanto en los voluntarios masculinos como femeninos que habían consumido. Las conclusiones sugieren que el alcohol aumenta la actividad de la parte del cerebro humano que se utiliza para determinar el atractivo facial, el núcleo accumbens.
Por otro lado, el que bajemos nuestro nivel de exigencia cuando llevamos unas copas de más, se debe a que vemos reducida nuestra capacidad para percibir la asimetría bilateral. Si por lo general sentimos mayor atracción por aquellos quienes presentan un rostro más simétrico, tras unos litros esta percepción queda anulada y básicamente, nos da igual “ocho que ochenta”.