En el centro de Comodoro Rivadavia, un patrullero poco convencional se volvió viral en los últimos días: Malevo, un perro de la unidad canina de la Comisaría Primera. Junto a su compañero, el agente Agustín Flores, Malevo recorre diariamente las calles, convirtiéndose en un símbolo de cercanía y seguridad.
Malevo, lejos de ser un perro callejero, forma parte activa de la rutina policial: duerme en la comisaría, acompaña las recorridas matutinas y, según sus compañeros, conoce a todos los detenidos. Su presencia tranquila pero firme lo ha transformado en una figura querida y respetada, un «guardián» del centro de la ciudad que, sin uniforme ni placa, demuestra lealtad y compromiso con su trabajo.
