Un juicio en Esquel pone en el banquillo de los acusados a un abogado, Enrique Haroldo Paredes, acusado de intentar chantajear a una colega y a su cliente. La Fiscalía sostiene que Paredes intentó chantajearlos exigiendo una suma de dinero para no presentar una denuncia por violencia de género y posible abuso sexual contra el cliente.
Las pruebas presentadas incluyen una llamada telefónica del 7 de febrero de 2024, donde Paredes exige entre cinco y seis millones de pesos a la abogada, amenazándola con arruinar la vida de su cliente con una denuncia por violencia de género y abuso sexual si no se llega a un acuerdo. Paredes afirma poseer pruebas contundentes y utiliza su experiencia policial para generar intimidación. Parte de la conversación, según la transcripción de la Fiscalía, fue: “Si no arreglás le arruinás la vida para el resto de su vida. Con la prueba que tengo, va en cana seguro. No le sirve a nadie que vaya preso. Si me decís que no, hacemos la acción civil y si no hacen lugar, la denuncia penal”.
Un mensaje de WhatsApp del 4 de marzo refuerza la amenaza: “…lo que te había planteado no me has dicho nada, ehh yo no sé si va a llegar a un arreglo este muchacho o no, sino yo durante la semana, que no creo, el lunes estaría presentando la demanda que ya te había hablado, si podemos evitarlo, lo evitamos mejor, y si no, no hay problema lo presento no hay drama…”
Estas conversaciones son la base de la acusación de la Fiscalía, que considera que Paredes intentó extorsionar a la abogada y a su cliente, aprovechándose de la vulnerabilidad de la situación. La defensa, por su parte, plantea que las acciones del acusado no constituyen un delito.
