Durante el último año en Europa, las empresas de anticonceptivos estuvieron experimentando una revolución de la mano de los preservativos de pre-erección, que buscan ser una solución definitiva a las interrupciones y preocupaciones de último momento, que suelen presentarse en las relaciones sexuales.
Esta innovación introduce un cambio significativo en cómo las personas se preparan para el encuentro íntimo, proponiendo una experiencia “mucho más fácil”, al eliminar la necesidad de detener el momento para colocar un preservativo tradicional.
Kamyra Condoms, una de las compañías detrás de esta revolucionaria propuesta, afirma que sus condones están hechos de un material diez veces más delgado que el látex, resistente al estiramiento, la presión y el roce. Según la empresa, este material no solo ofrece una comodidad superior, sino que también se siente “como una segunda piel cuando el material está caliente”, facilitando la transferencia de calor corporal y la excitación.
Cómo se usan los preservativos de pre-erección
Estos productos, que se colocan en el pene flácido hasta dos horas antes de la actividad sexual, buscan hacer la experiencia “mucho más fácil (y más divertida)” -según la compañía- al evitar la interrupción para colocarse un preservativo tradicional.
Una característica distintiva es que el condón se expande con la erección, ajustándose hasta alcanzar una longitud máxima de 18 cm, similar a los condones estándar ofrecidos por empresas reconocidas como Durex.
Qué beneficios propone este nuevo producto
Los preservativos de pre-erección también se promocionan como una solución potencial para superar la disfunción eréctil relacionada con el uso de condones.Un situación frecuentemente citada por muchos hombres como una razón considerable para evitar su uso, a pesar de la protección comprobada contra infecciones de transmisión sexual.
En el estudio publicado en el International Journal of Clinical and Health Psychology,los investigadores siguieron a 82 hombres de 18 a 30 años, descubriendo “ninguna diferencia estadística” en la excitación sexual entre los usuarios de condones de pre-erección y aquellos sin contraceptivo. A todos se les pidió que evitaran tener relaciones sexuales, beber alcohol, consumir sustancias psicoactivas o ver fotos y videos sexualmente explícitos 24 horas antes del estudio.
Durante la sesión, a cada participante del primer grupo se le pidió que se pusiera el condón antes de mirar una secuencia de videos (tres “neutrales” y tres “eróticos”), cada uno de aproximadamente tres minutos de duración.
Los voluntarios del grupo de control siguieron el mismo proceso. Al principio y al final, se interrogó a los participantes sobre su disfunción eréctil y se les dio una puntuación de 25 (de acuerdo con el Índice Internacional de Función Eréctil), donde las puntuaciones bajas señalaban los casos más graves.
Los investigadores no encontraron “diferencias estadísticas” en la excitación sexual entre los dos grupos, lo que sugiere que el anticonceptivo no era el culpable de las dificultades de erección.
También afirmaron que los hombres no informaron ningún efecto secundario, pero reconocieron las limitaciones del pequeño tamaño del estudio.
