A Toti lo conocen como el chimpancé de “mirada triste”. Y es que el primate de 34 años, nacido en Provincia de Buenos Aires, solo tuvo contacto con otros dos ejemplares de su especie desde su nacimiento. Desde hace más de una década, vive en soledad en la ciudad rionegrina de Allen.
Pero su historia podría tomar un nuevo giro pronto, ya que desde hace un mes está recibiendo entrenamiento para ser trasladado a un santuario donde, finalmente, podría convivir en compañía de otros seres de su especie.
La iniciativa se llevó a cabo luego de que la jueza de la Unidad Procesal de Familia N°17 de General Roca nombrara a la Fundación Franz Weber y al Instituto Jane Goodall responsables de su traslado. Ya en 2023, una sentencia había determinado su reubicación en un centro de grandes primates.
De esta manera, un profesional de la primera organización se trasladó a la provincia para trabajar diariamente con él en el zoológico privado Bubalcó -o Fundación Bubalcó, ya que la entidad se considera un parque de refugio y conservación de la naturaleza-.
Si bien en un principio se barajó la posibilidad de ingresarlo al Santuario de Tchimpounga en África, creado por la etóloga Jane Goodall, esta opción fue descartada. Hoy existen dos posibilidades: el Santuario de Sorocaba en Brasil, donde vive Cecilia, un chimpancé que fue reubicado desde el ecoparque de Mendoza, y Monkey World en Dorset, Reino Unido, considerado el mejor santuario para esta especie. A este último fueron enviados Sasha y Kangoo desde el ecoparque de Buenos Aires.
Su historia
Toti -también llamado Nahuel- vivió toda su vida en cautiverio. Nació el 29 de agosto de 1990, en el zoológico de Jorge Cutini en Ezeiza, provincia de Buenos Aires. Poco después, fue separado de su madre y llevado a otro predio en Florencio Varela. En el 2008 fue trasladado al zoo de Córdoba y desde el 2013 permanece encerrado en el zoológico privado Bubalcó, cerca de la localidad de Allen, en Río Negro.
Desde su nacimiento, Toti sólo tuvo contacto con dos seres de su especie, su mamá que murió cuando era bebé y el chimpancé Coco, con quien vivió durante su cautiverio en Córdoba. Desde hace casi un década, distintas organizaciones protectoras de animales han pedido a la Justicia su traslado a un santuario de chimpancés, como ocurrió con la orangutana Sandra, para que viva en mejores condiciones y en comunidad con otros seres como él.
En todos estos años, el caso de Toti recorrió el mundo. De hecho, en 2022, la científica británica Jane Goodall, reconocida a nivel global por su estudio de grandes primates, sumó su apoyo a la campaña por la liberación del Toti con una carta pública y desde ese momento, muchos empezaron a llamarlo el chimpancé con la mirada más triste del mundo.
Fuente: Infobae
