El 22 de diciembre pasado al filo de terminar el 2023 la Comisaría 8A de Villa Lugano fue protagonista de un escándalo que hasta ahora no había trascendido: droga secuestrada por orden judicial desapareció misteriosamente. Si bien la cantidad es poca no deja de llamar la atención.
Ese día, un oficial le requirió al policía a cargo del depósito judicial la droga secuestrada tal cual lo pedía la Justicia federal en el marco de una causa por narcotráfico.
La droga había sido incautada y guardada allí: unos 46,186 gramos de cocaína divididos en 410 envoltorios.
Los días pasaron y notaron del policía a cargo del depósito judicial una evasiva ante el pedido.
Incluso, notaron que se había tomado unos días de licencia y que luego le emitieron un certificado por dos semanas a raíz de una «crisis de angustia».
El comisario reclamó la droga, pero no aparecía. Ante la orden, se contactó telefónicamente al policía que tenía a cargo la custodia de lo secuestrado.
La respuesta fue aún más llamativa, ya que el policía dijo que tenía algún problema de adicciones y que estaba tratando de recuperarse.
El comisario a cargo de la dependencia fue el que realizó la denuncia judicial y se abrió una investigación que lleva adelante la fiscal penal y contravencional Celsa Ramírez.
En tanto, el policía bajo sospecha del depósito judicial ya fue dado de baja en tanto que el comisario y una principal derivados a distintas reparticiones con un sumario abierto.
Lo más llamativo es que inicialmente eran 46 gramos pero cuando surgió el problema se ingresó al depósito judicial y se descubrió que 36 sumarios tenían los sobres abiertos, en algunos casos con el faltante total de la droga y en otros parcialmente. Ahora, ya la Justicia investiga el escándalo.