La elección del nombre «León XIV» por parte del nuevo Papa, Robert Prevost, no es una decisión arbitraria. El nombre «León», en su versión latina «Leo», reviste una gran importancia histórica dentro de la Iglesia Católica, ya que trece pontífices lo han llevado antes. Entre ellos destacan figuras como San León I, «el Magno» (440-461), reconocido por su férrea defensa de la doctrina cristiana y su legendaria intervención para evitar la invasión de Roma por Atila; y León XIII (1878-1903), autor de la influyente encíclica Rerum Novarum, piedra angular de la doctrina social de la Iglesia.
La elección de este nombre, cargado de simbolismo, puede interpretarse como una señal de liderazgo firme en tiempos de desafíos, una voluntad de proteger la tradición en un contexto contemporáneo, o incluso una combinación de ambos, según análisis de medios internacionales como Chic Magazine México. El «león», como símbolo de fuerza y protección, resulta un referente poderoso para el nuevo pontífice en su mandato.
