En un contexto económico marcado por alta inflación y caída de la actividad, el sector energético argentino se enfrenta a una nueva ola de aumentos en los precios de la nafta y el gasoil. Desde el 1° de abril, los consumidores se verán impactados por una subida significativa en el costo de los combustibles, atribuida tanto a ajustes impositivos como a la fluctuación del mercado internacional y la política económica nacional.
La repercusión de estos ajustes impositivos se traduce en un aumento nominal de los impuestos a la nafta de $29,96 en todo el país, y de $20,39 al gasoil. Sin embargo, la Patagonia se mantiene como una excepción a esta regla, exenta de estos tributos debido a su condición de productora de los recursos petroleros.
Según estimaciones de YPF, los precios de los combustibles presentaban un atraso promedio de entre el 8% y el 10% a principios de marzo. A pesar de este desfasaje la caída en la capacidad adquisitiva de los conductores argentinos generó una caída en las ventas de combustibles de un 16% a nivel nacional entre diciembre y febrero.
Además de los ajustes impositivos, se anticipa un aumento adicional de al menos un 4% en abril, atribuido tanto a la suba de impuestos como a ajustes por parte de las petroleras para compensar la devaluación mensual del peso frente al dólar, que se mantiene en la pauta del 2% en el tipo de cambio oficial.
La paridad de exportación todavía no fue alcanzada, lo que hace prever nuevos aumentos futuros. A nivel informal, los estacioneros estiman que implicará ubicar el litro de nafta súper en torno, o por encima, de un dólar por unidad.
Fuente: Infobae