El Instituto Nacional de Cine, que fuera un faro para latinoamérica y elogiada por su forma autárquica de recaudación y produccición de cine que llevó a las grandes pantallas historias que hoy pertenecen a todos los argentinos, cerrará sus puertas por decisión del presidente, Javier Milei.
En una nueva embestida contra la cultura argentina, la producción de sentido y conocimiento, el liberalismo decidió que el Instituto Nacional de Cine se debe cerrar.
La medida se anunciará hoy, en el Boletín Oficial, y detallará cómo quedará conformado el organigrama de la institución; donde se sabe que se eliminarán las gerencias de Fomento, de Asuntos Institucionales, de Exhibición y Audiencias y de Fiscalización a la Actividad Audiovisual.
Por su parte, y dentro del proyecto de la Ley Ómnibus, el Gobierno puntualizó en la modificación del financiamiento del INCAA, al mismo tiempo que suspendió las contrataciones, apoyos y aportes institucionales y el pago de horas extras